“Yo quiero ser doctor y yo maestra”: Niños migrantes hablan de su travesía para llegar a los Estados Unidos
Diana Manzo
Juchitán, Oax.- Descalzo y vestido con un short y una camisa de fútbol, Iván
es un niño migrante de 11 años de edad que lleva cinco días pidiendo dinero en el crucero de Juchitán, Oaxaca, la meta es juntar para el pasaje de él, su madre de 30 años de edad y sus tres hermanos de 12,10 y 6 años respectivamente y así continuar su camino que lo conduzca a mejorar su vida en los Estados Unidos.
Hace diez días, Iván y su familia dejaron Venezuela y eso lo pone triste, pero se reconforta al recordar que todo lo hace porque va en busca de sus sueños, que es convertirse en doctor y así poder ayudar a su familia y a su país.
En los últimos dos meses, han llegado a Juchitán, Oaxaca miles de migrantes y decenas de menores acompañados de sus padres, desde recién nacidos hasta adolescentes como Iván, de al menos diez nacionalidades no solo del continente americano sino también asiáticos y africanos.
Sin importar que el calor este a casi 35 grados, el menor camina entre los automóviles pidiendo una moneda, pues al día llega a juntar entre 50 y 100 pesos.
“Dejamos Venezuela por un futuro mejora ” dice el menor de piel negra, pelo ondulado y una sonrisa angelical, que convence a cualquiera de regalarle una moneda.
Mientras recorre los negocios y establecimientos del crucero cuenta que dejar Venezuela le ha costado y también dejar la escuela, pero fue “una decisión de todos”.
La travesía que ha vivido ha sido muy difícil señala el menor, al recordar que ha cruzado ocho países- Chile, Perú, Ecuador, Costa Rica, Panamá, Colombia,
Honduras y Guatemala- para llegar a México, que asegura ha sido uno de sus países favoritos.
“Acá la gente al menos te voltea a ver, te da una moneda, pero en los otros países me han tratado mal, me echan a la calle, me responden muy feo, y eso me pone triste”.
Para Iván, migrar es como un juego, porque va contando las horas , los días y los países que cruza.
“Me ha gustado mucho Guatemala y México, porque acá al menos nos han regalado ropa y comida, no ha sido nada fácil, pero es por nuestro futuro, mi meta es ser doctor y lo voy a lograr”, dijo.
Aunque no hay comodidad, pues duermen en pedazos de cartón y la comida es escasa, solo comen pan y agua dos veces al día, todo lo vale asegura el niño, que lo único que espera es mejorar su vida.
“Allá mi mamá era cocinera y no alcanzaba lo que ganaba, es decir, nada alcanza, pues, todo es caro, y tras largas platicas, acordamos con mis hermanos aventurarnos y mira, ya estamos en México”, dice.
- Yo quiero que ser maestra***
Melanie es una niña de 12 años de edad y viaja con sus tres hermanos, su mamá y su papá.
Desde la terminal de autobuses de Juchitán, Oaxaca donde colocaron un pequeño refugio con pedazos de cartón, sus hermanos juegan como si estuvieran en casa, mientras ella está recostada, el tránsito no le ha favorecido, pues está enferma del estomago.
De origen peruano, la menor tiene un sueño, el de convertirse en maestra. “Quiero estudiar allá en Estados Unidos, allá en mi país las condiciones de vida no son las mejores, por eso estamos emigrando”.
Terminales saturadas
Los migrantes que han llegado a Juchitán están varados por las terminales saturadas, especialmente de la primera clase, donde los autobuses son pocos y la demanda alta.
La convivencia con los menores de edad, principalmente niños entre 1 y 3 años de edad es difícil reconoce Claudia, migrante ecuatoriana que viaja con una bebé de 14 meses.
Llegó el pasado domingo y lleva tres días varada esperando alcanzar cuatro boletos que la llevarían a Oaxaca, ubicada a 280 kilometros de distancia; mientras tanto tiene que soportar las inclemencias del tiempo y alimentos que no acostumbra a consumir.
“Mi hija se ha enfermado, es una situación critica la que estamos pasando, dormimos en la terminal, todos así juntos, ojalá nos vendan los boletos pronto y así poder avanzar hasta llegar a los Estados Unidos”.
El gobierno de Oaxaca declaró que en las ultimas dos semanas, han arribado a territorio oaxaqueño por la frontera sur, unos 140 mil migrantes de al menos diez nacionalidades.
La Defensoria de los Derechos Humanos alertó de la presunta violación a los derechos humanos de parte de agentes de migración y urgió a las instancias gubernamentales a emplear acciones para proteger a las personas migrantes que ingresen a territorio oaxaqueño.