Laguna encantada: estanque que renace. / Víctor Fuentes
Apenas haces clic, sobre el buscador “La laguna encantada” aparecen cientos de sitios, pero muy poco o casi nada te da referencia de La laguna encantada de CD. Ixtepec, Oaxaca. asíque indagué con los mejores aliados, conocidos y amigos de la ciudad para noperdernos, quizásmáspor insistenciademi acompañante.
Por mí, creo que lo desconocido y lo encantado esmifuerte, así que nos fuimos sin más que la guía del mapa satelital,un punto rojose marca a pocos kilómetros de la colonia el Picacho, antes de llegar a esta colonia puedes iniciar tu recorrido desde lo que fue el cuartel, apenasunosdías lo demolieron completo, luego una unidad habitacional como las que abundan en las mejores ciudades.
Atraviesas con muchapenael río de las nutriascon susaguas apestosas y abandono, aunque un letrero grande te advierte que si tiras basura teconsignaran con las autoridades, ¿Algo significara eso? Casualmente las mismas autoridades tiraron escombro delas casas derruidas. El río se nota apacible, (por algo le dirán a Ixtepec, ¿Tristepec?) amén de unos sauces frondosos deja fluir su corriente que se pierde entre tanta basura.
Muchos taxistas no conocían o nos decían que era cambio de turno, hasta que uno se animó, adelantándonos por cuánto sería. Entonces él nos acercó a La laguna encantada, hasta que vimos el letrero oxidado que todavía puede leerse: “Zopiloapam”. Nos emocionamos mucho, faltarápoco, fue en común lo que pensamos.
Descendimos entre una manada de ganado, un señor nos saludó con una sonrisa, vimos grupos de familias. Unos en su rancho, que da justo en la ribera de la laguna, y losotros disfrutando del paso libre, asínos lo corearon emocionados cuando nos vieron llegar.
No mostramos el mismo interés, solosaludamos y nos fuimos a ver como escalar el cerro cercano,donde nace La laguna encantada, y se han localizado restos arqueológicos, con mucha dificultad rodeamos la falda de este,para comprobar que de entre piedras resurge la infinita vida, plena de sonidos y aromas silvestres (Cómo desee que lloviera o al menos una llovizna nos tocara).
Comprobamos que este cerroesta hecho un rompecabezas, cada dueño hace su cerco, juega a cerrar un laberinto, parcela más parcela menos, en la falda hay un criadero de cerdos, ya se pueden imaginar los olores que se desprende antesdel mediodía. Perros que ladran yprofundizan el bochorno de las doce.
Sin más bajamos a La laguna para estar en completa calma, y comprobar que la vida tiene un inminente ciclo, árboles que un día nacen,crecen y vuelven al agua para acompañar alospeces, a los insectos ya los finos cuerpos de algas que el polvo vuelve vida.
La laguna encantada, es un gran estanque natural, donde anida la vida, fluye lento, no se detiene, aun así, nos prodiga de infinito silencio, una quietud, que invita a desmayar en la espesa sombra de todoslos árboles, que parecen endémicos en la región. Ahí volví aver muchos du’ga’,bibi, y plantas menores, como las teresitas.
El agua es de temperatura fresca, se mantieneasí aun con el abrazador calor, es realmente un prodigio que en la ciudad se tenga un camino verde, que rodea el agua que va rumbo a Ixtaltepecpara encontrarse de nuevo con elrío delas nutrias.
Los propietarios cercanos han encalado los árboles, deshierbado casi todo, hasta dejarlo “limpio”. Para luego bajo la enramada beber toda la cerveza posible, escuchando desgañitarse a Vicente Fernández, animando la reunión. Imagino si todos los propietarios hacen lo mismo con tal de disfrutar delas aguas, muy pronto acabaran con La laguna,esa supuesta mala hierba, que no desean conforma justo este estanque natural. En breve, adiós laguna encantada.
Otros señores aprovechan sus aguas,instalan un motor, donde colocan una manguera, luego riegan las pocas plantas que han sembrado en sus propiedades, considero que eso no está mal por,al contrario, debían reforestar todo, sembrarmásárboles y nosoloacabar con los matorrales que se apoderan de sus terrenos.
Me quedó una duda, las autoridades ¿No le ven posibilidades de conservación?, les vendría bien pensarlo para el disfrute y una gran oportunidad de sentirse orgullosos de ello, y además generar posibles proyectos.
Nuestro regreso fue sencillo, caminamos hasta el sitio del letrero, mi acompañante marcó alnúmero de la base de taxis, la operadora dijo: en 10 minutos le servimos. Que amable para el calor insoportable. No lamento nada cuando recuerdo la frescura, la regeneración de vidaque la laguna aporta al ecosistema, se me olvida todo. Bueno, casi todo.