Natividad Amador, el arte del hilo para conservar la cultura zapoteca de Juchitán
#Juchitán 16 Julio (#Istmopress).- Su afición por las telas a muy corta edad y su sensibilidad a la vida, fueron los motivos que tuvo Natividad Amador para estudiar arte, una profesión poco común entre las mujeres del Istmo de Tehuantepec de la cual sobresale por su trabajo en rescate de la cultura zapoteca a través de los hilos.
Natividad Amador tiene más de 30 años que elabora arte con los hilos, y a su corta edad con el apoyo de sus padres viajó a la capital oaxaqueña e ingreso a la escuela de Bellas Artes, rompiendo todo estereotipo, pues las mujeres de su tierra se dedicaban a las labores del hogar y la cocina.
Sin desprenderse de las técnicas del oleo y acuarela además del gis y lápiz que aprendió durante sus conocimiento de arte , Natividad adoptó el arte textil, el de los hilos de seda y las telas de los huipiles de la cultura zapoteca, en la cual crea figuras tejiéndolo con sus manos.
La mujer artista se entregó en cuerpo y alma a tejer arte, no fue fácil asegura, día y noche tejía para poder presentar su obra en diversas exposiciones, siendo la primera en el distrito federal en la galería de Oscar Román.
Dinámica y responsable son los calificativos que mejor identifican a Natividad, quien a sus escasos 15 y 16 años ya exponía en galerías de Oaxaca acompañada de grandes maestros de arte.
Madre de dos hijas “Paulina y Polonia” , la artista recalca que nada hace daño cuando las cosas se ponen en su lugar y a tiempo, elementos que le han dado fortaleza para crecer en el mundo del arte.
Amante de los libros y también de la música clásica, Natividad se considera una artista que disfruta lo que hace, en la cual teje lo que palpa con sus sentidos y lo que observa a través del paso del tiempo y las formas de vida.
Para obtener mayor aprendizaje, durante su época de estudiante recorrió los pasillos de la séptima sección de su natal Juchitán, en donde aprendió a usar el hilo de sed delgado, la aguja y el gancho.
En su aprendizaje, Natividad como toda artista no optó por la uniformidad de los colores que usaban sus paisanas artesanas sino se portó maleducada al combinar colores oscuros con claros que lograban matices excepcionales.
“Primero observé las combinaciones y de ahí me puse a tejer mis trazos, a través de los hilos plasmé temas como el amor, erotismo, la vida, tristeza, alegrías, en fin dependiendo de los temas de las exposiciones, recuerdo mucho la primera “transfiguraciones” gustó mucho porque fue sobre textil y es como un homenaje a la labor que hacen las mujeres zapotecas que tejen los trajes regionales”, expresó.
El don del tejido no lo heredó de su abuela o su madre, pero si de sus vecinas y conocidas, quienes la enseñaron a montar la tela sobre el bastidor de madera para después ilustrar la idea y posteriormente tejer la obra.
De dos a tres meses destina para una obra, en su estudio abundan multiplicidad de colores de hilo de seda, así como agujas y tijeras.
Natividad es muy cuidadosa en la estructura de sus diseños, anteriormente utilizó colores como el azul y rojo, actualmente combina los oscuros como el negro y morado.
Sus obras han recorrido países del continente europeo y también americano sin olvidar los estados de la república mexicana, regiones de Oaxaca y su natal Juchitán.
“En todas las exposiciones que me invitan participo, le dedico tiempo y espacio a todas mis obras, cada una lleva mi esencia, recuerdo mucho una que duró dos años en terminarla y se llamó “Pintila”, fue dedicada a los artistas plásticos de Oaxaca y se expusieron en el Museo de Arte Textil de Oaxaca , tejí tres obras de cada uno entre ellos Francisco Toledo, Demián Flores, José Villalobos, Alejandro Santiago entre otros, fue una experiencia inolvidable”, expresó.
Con la calidez de sus manos, Natividad ha realizado también una colección de vestimenta de la mujer zapoteca con sus diseños, los pintó y después los pasó a su bastidor y de ahí les dio forma a cada uno de los dibujos.
“Todo lo que he plasmado va enfocado a la técnica de los huipiles, se utiliza tela satín o dependiendo de lo que quiero hacer, el cual lleva un forro de algodón y de ahí a trabajarla, me he encantado de plasmar lo que me gusta, ha sido un trabajo noble y satisfactorio, aunque debo reconocer que es encontrarle a lo que uno quiere”, narró.
Después de trabajar intenso día y noche, desvelarse, comer poco por más de 30 años, hace dos años decidió tomar un nuevo giro a su vida y fortalecer sus relaciones humanas y vivir como “Dios manda”, pero sin dejar de hacer arte.
“En esta nueva etapa en que me encuentro quiero retomar el arte de los huipiles, jugar con las tonalidades y venderlas, ha funcionado porque la gente le gusta lo que hago, en el ámbito local con mis compañeros pintores siempre me han dado mi lugar, me reconocen”.
Natividad Amador, es una de las pocas mujeres que hacen arte en Juchitán, sueña con seguir tejiendo el hilo y plasmar sus vivencias, jugar con los colores y retoñar maravillas, festeja cada que puede pero valora lo más importante, vivir cerca de los suyos como toda zapoteca.
Diana Manzo/Agencia de Noticias Istmopress