El tradicional baile del viejo en Oaxaca concientiza sobre la pandemia del Covid-19

#Juchitán 30 Dic (#Istmopress) – Un hombre vestido con un overol blanco antiviral y unos googles danza con fervor al son de la tambora, el saxofón y la trompeta; mientras que una mujer con enagua y huipil porta una careta y mascarilla, y además mueve las caderas y los hombros mientras reparte gel antibacterial, este es el atuendo que este año eligieron “el viejo y la vieja”, los danzantes del tradicional “baile del viejo” para despedir el 2020 y concientizar sobre la pandemia del Covid -19 en Juchitán Oaxaca.

En el día y en la noche “el baile del viejo” que en zapoteco lo llaman “¿Zuyaa Hueelu la?” y se danza en los pueblos del Istmo de Tehuantepec del 26 al 31 de diciembre, porque no quieren que muera está tradición que además los ayuda económicamente, pues reciben cooperaciones voluntarias.

Tláloc Ramos, Eduardo Carmona, Cosijopi Ruiz, Héctor Villalobos y Elmer Núñez desde el 2018 danzan el tradicional baile del viejo y lo hacen para preservar sus bailes, su lengua y su música zapoteca, pero en esta ocasión ante el incremento acelerado de contagios de esta pandemia lo hacen para pedirle a los suyos que se cuiden y se queden en casa.

Estos jóvenes zapotecas desde sus inicios se reúnen previamente para seleccionar la temática que danzaran, en el 2018 caracterizaron al presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador por que había ganado las elecciones presidenciales, el año pasado, usaron el tradicional zapoteca, y para este 2020, hicieron referencia a la contingencia sanitaria.

“La intención es que al vernos la gente se diera cuenta que la pandemia sigue, que no debemos bajar la guardia, y nos sorprendió ver que decían: “mírenlos, ellos se cuidan, andan protegidos, y eso nos llena de satisfacción porque somos una referencia”, expresó Héctor Villalobos, quién caracterizó “al viejo”.

Con el cántico de “Venimos buenas noches señores y señoras, venimos saludando para el año nuevo, caridad, caridad, venimos a pedir dinero para nuestros hijos en este nuevo año”, el viejo y la vieja, que son dos hombres, uno caracterizado de mujer con ropa típica, su enagua y su huipil y el otro con sombrero y algunas veces bastón, y danzan al ritmo de la banda de música tradicional por las principales calles y espacios públicos como el mercado.

Mientras el viejo y la vieja bailan al son del tambor de la banda de música, Mario que es el organizador toma una jícara y pide limosna a los curiosos que los ven danzar, algunos dan monedas y otros billetes, todos los días juntan entre mil y mil 500 pesos, los cuales se distribuyen en partes iguales.

Bailar el viejo también es un arte porque no lo hace cualquier persona, sino debe ser alguien extrovertido que aunque venga cubierto del rostro con máscaras tendrá que quitarse la pena y salir a la calle a bailar de forma exagerada todos los ritmos sin caer en la vulgaridad.

“Nos gusta mucho porque estamos conservando una tradición, mi abuelo y mi padre nos decían que ellos también se caracterizaban y salían a la calle, antes era a capela, ahora llevamos banda de música, otros cargan con su grabadora, este baile debe fomentarse porque cada vez somos menos”.

Será la noche del 31 de diciembre cuando los danzantes cumplan con su encomienda, levantan las prendas y las guardan, y para el siguiente año las desempolven y nuevamente las usen para continuar esta tradición.

“Nosotros danzamos por que este baile debe continuar viviendo con nosotros, al danzar sentimos como nos vibra el cuerpo, asimismo los que tocan los instrumentos, lo disfrutamos, por eso lo conservamos también, en un inicio pensamos que era solo para obtener dinero, pero a tres años, me atrevo a decir que es una experiencia muy enriquecedora y ahora mejor, porque le decimos a la gente que se cuide, que no aflojen las medidas sanitarias, el Covid viene más fuerte que nunca”, recalcaron.

El baile y la caracterización de la pandemia resaltó a esta agrupación, que recorren mercados, casas y colonias de Juchitán, llevando un mensaje de cuidado y prevención de esta pandemia que reporta 442 personas que han dado positivo a Covid-19 en esta ciudad oaxaqueña.

En el Istmo de Tehuantepec, datos oficiales de salud reportan que 2 mil 443 istmeños han dado positivo al covid-19, de los cuales 326 han fallecido. En Oaxaca son 27 mil 698 casos confirmados y 2 mil 088 decesos desde que comenzó la contingencia sanitaria .

*El baile del viejo contribuye a la economía

El cronista juchiteco Tomás Chiñas Santiago ha realizado estudios acerca de este tradicional baile, el cual se caracteriza por preguntar “¿Zuyaa Hueelu la?”, el cual significa “¿Podemos bailar al son del viejo?”.

Chiñas Santiago narró que esta tradición del baile del viejo, surgió en el puerto de Veracruz en el año de 1875 al igual que la tradición de la rama, la cual comienza del 16 al 24 de Diciembre.

Para el cronista zapoteca , la segunda versión del nacimiento de este baile del viejo, se dio cuando un personaje de Corea de edad adulta, recorrió con música todos los rincones del puerto jarocho acompañado de un menor de edad, mientras el cantaba, la gente le regalaba monedas y con ello se implementó anualmente esta tradición.

Expresó que se desconoce la fecha exacta en que este baile aterrizó a tierras zapotecas, sin embargo dijo que desde su llegada ha sido recibida con mucha euforia.

El cronista negó que esta tradición desaparezca, por el contrario dijo que va en aumento, porque la situación económica que viven hoy en día el pueblo juchiteco e istmeño obliga a aprovechar el mes decembrino para obtener un recurso económico por bailar el tradicional viejo o baile del hueelu.

“Este baile gusta mucho a la gente, a los vacacionistas, es alegre y humorístico, los viejos se pasean por las mañanas en el parque y mercados y por la noche lo hacen en las secciones de Juchitán, por eso es difícil que muera, sin embargo se debe dar el impulso para que se aplique a otras comunidades zapotecas de la región del Istmo”, agregó.

El historiador zapoteca manifestó que el baile del viejo en la región del Istmo es muy peculiar y único, debido a que son dos hombres adultos, jóvenes o niños, quienes se visten, uno de mujer y uno de hombre, con ropa típica (enagua y huipil, pantalón y camisa).

Diana Manzo / Agencia de Noticias IstmoPress