La casa de Rosaura Segura
#UniónHidalgo 1 Sep (#Istmopress) – Ha llegado septiembre y previo al 7 del año 2021, compartiré con ustedes algunas apreciaciones sobre la arquitectura local, que el sismo no colapsó del todo la noche del 7 septiembre del año 2017.
Hay casas como la que describiré y muestro en una fotografía, que nos remiten a la nostalgia, al apremio de procurarlas. Ésta perteneció a la señora Rosaura Sánchez López, una mujer comerciante de los años entre 50’ y 60’. Ella y otras personas fueron propietarias de tiendas de abarrotes, en su conjunto eran la prosperidad del pueblo de Unión Hidalgo, una en cada esquina del primer cuadro, la suya se ubica del lado norte del parque municipal, el quiosco lo tienen a la vista.
Cuando indagué en el año 2012 para la publicación del libro: “Casas de Unión Hidalgo, espejos del alma” me cedió la entrevista la nieta que lleva el mismo nombre que ella, la abuela, solo que esta joven se apellida Segura.
En ese libro plasmé y le dediqué algunas páginas, se habló de las situaciones relevantes de cómo se optó por remodelarla, y siempre, me quedó la idea de hacer algunas aclaraciones en lo posterior, no solo de esta casa, si no de todas, y no necesariamente puntuales o solo para asegurarme que están en pie. El sismo me sorprendió y esa idea se mantiene aún más nostálgico, más latente cada día.
Han pasado ya varios años de la publicación del libro, antes de ello, esta propiedad tenía algunos de abandono parcial, se rentaba y en poco tiempo se desocupaba, y durante el sismo estaba sin habitar, a ello, se debió que no fue foliada, o los propietarios no le dieron seguimiento oportuno, pues Rosaura Segura y su hermano viven fuera de Unión Hidalgo.
Así, podemos ver en estos días unas columnas y parte de las paredes con figuras y grietas profundas, se nota el abandono en la jardinera, la gente contribuye al tirar basura, es un cuadro muy lamentable, a pesar de ser el primer edificio que sustituyó el techo de dos aguas por uno de loza.
La casa estaba construida de una sola pieza y tenía techo a dos aguas, la modificación fue muy abrupta se requería nuevos espacios y se redujo la tienda a un cuarto de baja altura con techo de tejas, ahí se continuó con la tienda de abarrotes, ya más reducido, y en inminente cierre total.
Durante mis estudios de secundaria, me llegó a las manos una fotonovela en blanco y negro, ahí estaba como escenario esta casa, la protagonista era de Unión, en la trama decía que ahí vivía, cosa que nos asombró mucho, porque mis tías, de quienes por su medio fue que leí la revista, aún más. Ellas estaban entre asombradas, no se aguantaron las risas y mofas, “que va ser su casa, si esa es una migueleña”, decían. La joven morena y muy atrevida para ese entonces, no supe más de ella, si aún vive, o se dedicó a otra cosa fuera del mundo de la farándula.
Ese recuerdo me motivó compartirles estas apreciaciones, es que cuando volteas a ver el edificio, no queda más que respirar el paso del tiempo, el abandono en su inevitable papel de deterioro. Con el dinero que SEDATU en su momento y ahora con la CONAVI, no alcanzaría para una reconstrucción o remodelación aceptable.
Entonces, si los familiares o herederos no se procuran, muy pronto quedará solo recuerdos de la casa, no hay manera de que se proteja, aunque solo sea una porción de la casa con arquitectura local, lo demás es un edificio vuelto común, pero que en sus años de construcción era una novedad edificar casas de dos pisos y con loza, sustituyendo así a los techos de tejas.
Víctor Fuentes / Agencia de Noticias IstmoPress