“Queremos de regreso a mi hermano para darle el último abrazo”: Oaxaqueño murió en el desierto y sus paisanos cooperan para traerlo a casa

#Oaxaca 16 Ago (#Istmopress) – En la pared está colocada su fotografía y debajo un altar con flores y una vela, la familia de Benito Muñoz, un inmigrante oaxaqueño que murió en el desierto de Tucson, Arizona el pasado 18 de julio espera con ansias su repatriación para darle una digna sepultura.

Lograr que su cuerpo regrese a su hogar para despedirse de los suyos no ha sido nada fácil narra su hermana Rosa, quién describe el calvario que ha vivido para lograr su repatriación.

El cuerpo de Benito está en la morgue de Arizona y pronto retornará, pero el regreso a su natal San Felipe Tejalapa en el municipio de Etla, Oaxaca ha sido posible a través de colecta económica que realizaron paisanos oaxaqueños radicados en la Unión Americana y también a través de donaciones que solicitó su hermana en las redes sociales.

“Las autoridades poco ayudan, o casi nada, yo tuve que moverme por todos los medios hasta hablar con una diputada que me dijo que me ayudarían a traer a mi hermano de la Ciudad de México a la comunidad totalmente gratis a través del Instituto Oaxaqueño de Atención al Migrante (IOAM), pero de Estados Unidos a México, nada, y entonces pedí ayuda y por fortuna paisanos oaxaqueños y también radicados allá cooperaron y ahora solo estamos esperando que arribe mi hermanito a mi casa”, señaló.

Triste por lo que le pasó a su hermano, Rosa describe que la mayor ilusión de su hermano era trabajar para sus dos hijas menores de edad. Él abandonó el territorio oaxaqueño el 27 de junio, y su última conexión fue el 17 de julio, de ahí ya no se supo más.

“Mi hermano era trabajador, pero no le alcanzaba, él me avisó el último día que se iba, que ya tenía todo planeado, entonces lo que hice fue monitorearlo y en su último mensaje que me decía que ya llevaba dos días en el desierto, pero ya no tenían agua ni alimento”.

Benito intentaba por segunda ocasión llegar a los Estados Unidos y trabajar, señala su hermana.

“Viajó con su esposa, ella sí logró llegar a los Estados Unidos, pero él no, en el desierto ya no resistió y murió al parecer por deshidratación”, dijo.

De oficio taquero, Benito era alegre y su única preocupación era mejorar sus condiciones de vida para brindarle alimentos y estudios a sus dos hijas, una de 9 y 15 años de edad.

“Animo hermanito, lo vas a lograr, tqm” fue el último mensaje que su hermana le envió el 17 de julio y al que su hermano respondió como un “también te quiero mucho”, de ahí ya no se supo más hasta el 18 de julio cuando le avisaron que ya había muerto.

***La ayuda llegó de la sociedad civil ***

Rosa está agradecida con la sociedad civil por ayudarla, porque de lo contrario, su padre iba a vender su único patrimonio, que es su hogar para poder repatriar los restos de su hermano.

Lamentó que las autoridades del consulado mexicano a pesar de haber solicitado la ayuda, no se la brindaron en ningún momento.

“Busqué ayuda oficial a través del consulado, que sabemos tiene conocimiento de lo que sucede, pero nada ocurrió, es una lastima porque el caso de mi hermano no es el único, hay muchos paisanos en la morgue sin poder ser repatriados, y lo peor es que tampoco las autoridades locales ayudan, el dolor es tan grande que uno mueve montañas por lograrlo”.

Pidió un poco más de «humanidad»por parte de las autoridades y que cumplan con su trabajo, porque dijo «recursos si hay en el estado, porque por eso pagamos impuestos».

La muerte de su hermano tiene destruida a su familia emocionalmente, pero su único consuelo será traerlo de vuelta y llorarle en su tumba.

“Le iremos a dejar flores a mi hermanito y le lloraremos en su tumba, al menos sabremos que es él, Benito se merece una digna sepultura”, concluyó.

Además de Benito Muñoz, hay al menos tres oaxaqueños que sus familiares buscan repatriarlos para darles una digna sepultura pero no lo han logrado y son los hermanos Carlos Enrique y Edgar Mendoza oriundos de Tuxtepec, Oaxaca y Juan Jesús Díaz Trinidad oriundo de San Dionisio del Mar, Oaxaca.

Diana Manzo / Agencia de Noticias IstmoPress