“El mangle es identidad y sembrarlo en comunidad es resistencia” así se organiza San Mateo del Mar para proteger su territorio
#SanMateodelMar 27 Dic (#Istmopress) – Los picos,palas, cavadores,carretillas y los triciclos ya están listos, es sábado por la tarde y parece una fiesta popular en Barrio Nuevo, San Mateo del Mar, un municipio del estado sureño de Oaxaca donde sus habitantes han cambiado el paisaje color café, solitario y sin vida de 3 hectáreas de su territorio por el verde, con la siembra de 5 mil plantas de mangle de su proyecto comunitario para restaurar el sistema lagunar, considerado su hogar.
Las abuelas, los abuelos, las mujeres, los hombres y los niños toman sus utensilios y plantas de mangle, y caminan rumbo a las lagunas Quirio y Mezquite, sitios sagrados que buscan volver a ser aquellos sitios donde había vida marítima y abundaba el camarón, jaiba y pescado.
El mangle es la principal vegetación de este municipio ikoots, localizado al sur de Oaxaca donde viven 10 mil habitantes y contribuye a que el viento no afecte la pesca, a que las casas no se inunden por su cercanía con el mar y a que haya una regulación de temperatura, y es que en las ultimas dos décadas la zona ha sido acechada por la expansión territorial que ha causado la deforestación.
El proyecto comenzó en marzo y hasta la fecha se han sembrado 5 mil plantas de mangle de cuatro variedades – negro, blanco, rojo y botoncillo’, esta última endémica de la zona y ya se nota el cambio en el clima y la vegetación.
“ Lo que estamos haciendo con la siembra de humedales, es volver a recuperar nuestra vegetación, de este lado los mangles desaparecieron y lo que preténdelos es recuperar el espacio, el mangle nos distingue, nos da oxígeno y es vida”, expresó Elizabeth de 30 años de edad.
Los manglares o humedales como también se les conoce además de ayudar al medio ambiente de la zona, son identidad para la cultura ikoots, poseen historias y cuentan con lugares sagrados, reconocen los integrantes de este proyecto, quienes dedican su tiempo y esfuerzo sin esperar nada a cambio.
“Si nuestro mangle se pierde, se pierde la cultura e identidad, se pierde nuestro mar, se pierde la vida”, dice Edgar Abrego, un joven ikoots de San Mateo del Mar, impulsor del proyecto proyecto comunitario de restauración ecológica de mangles del sistema lagunar huave.
Con su mochila al hombro y su playera verde, Edgar, ingeniero forestal restaurador explica como la falta de ordenamiento territorial afectó la vida de los mangles del sistema lagunar huave, y que ahora tras una ardua labor de concientización la misma población lo esta reforestando.
“Acá los abuelos nos enseñaban a pescar, acá venían a capturar la jaiba y el camarón, acá se iniciaba la vida de San Mateo del Mar, el mangle es nuestra identidad como gente del mar”, recuerda el joven.
Los ikoots conocen los 4 tipos de manglares Ann (Mangle rojo), Taat ( Mangle Blanco), Cajiül ( Mangle Negro y Niür ( Mangle Botoncillo) aunque estos se encuentran dispersos en toda la región Huave, el que más abunda en San Mateo del Mar el mangle Botoncillo (Niur) y (Cajuiel) en la colonia Cuauhtémoc del mismo municipio.
Nada se les paga, todo es labor comunitaria, pero el trabajo ha sido arduo reconoce Daniela Quintero Navarrete, quién ya sembró cerca de 100 plantitas de mangle bajo diversas técnicas como la de isla flotante, reforestación directa y por semilla, casetes, terrazas para semillas y plantas y estaca.
“Alguna tiene que sobrevivir, esa es la resistencia”, explica la joven, quien es la presidenta del comité y narra que lo mejor de este proyecto es que es colectivo y participa casi todo el barrio.
Estos manglares también tenían otras funciones culturales que se relacionaban con la cultura y tradición, por ejemplo con la materia prima obtienen tintes para el telar, carbón, al igual madera para las casas tradicionales y para la elaboración de bancos rústicos, pero todo de forma sustentable.
“Por su madera que es dura, nuestros abuelos podían elaborar accesorios para la pesca; algunos otros usos derivados del manglar como la raíz sirven como repelente para los insectos, las hojas y corteza sirven para elaborar jabón para el cabello pero también sirven como forrajes para los animales, por eso decimos que el mangle es nuestra vida”, señaló.
De acuerdo con la Comisión Nacional Forestal (Coesfo), en el mundo existen as de 50 especies conocidas como mangle distribuidos en 17estados costeros del país, entre ellos, Oaxaca, lo que representa el 5 por ciento de la cobertura total mundial,
“En este lugar, hace años los pescadores iban a pescar en la línea de manglares o iban a recolectar jaibas debajo de los manglares, capturaban también camarones y langostinos, porque ahí es donde crecían, y eso era la vida” recuerda Edgar, quién se ha ha entregado en cuerpo y alma a este proyecto.
Además trae a la mente, unas historias que sus abuelos pesadores le contaban porque en este lugar que hoy reforesta, Edgar aprendió a pescar, una actividad que realiza el 90 por ciento de los hombres y que comienza desde la niñez.
“Recuerdo mucho como el fango del manglar era fértil, se llenaba de hojarascas donde podían crecer camarones y jaibas enormes, y ahora deseamos verlo tapizado de verde, que nuevamente la vida vuelva en este lugar”, agregó.
Barrio nuevo está rodeado de ambas lagunas, a un kilómetro se localiza el mar vivo del golfo de Tehuantepec. En este rincón natural, sus habitantes siguen defendiendo lo que les da vida y comida, que es su mar, y lo hacen desde la palabra, el telar y ahora desde la siembra del mangle, una opción sin duda para combatir lo que de por sí ya afecta, que es el cambio climático.
Diana Manzo / Agencia de Noticias IstmoPress