Rechazan campesinos zapotecas siembra de maíz genéticamente modificado en México: “Sin zapalote chico, no hay vida”
Diana Manzo
Oaxaca, Oax.- Cultivar maíz zapalote chico además de ser un legado de su padre, es vida para Donají Contreras Nava, campesina de 57 años de edad, quien por primera vez cosechará este grano en su natal Juchitán, Oaxaca, como una forma de resistir y conservar lo propio.
Para ella y los productores de la zona, la entrada del maíz genéticamente modificado afectará los cultivos, por eso rechazan este tipo de granos manipulados genéticamente y avalan la propuesta emitida por la Presidenta, Claudia Sheinbaum.
Desde su parcela con cultivo de maíz nativo que sembró el pasado 4 de enero y que cosechará a mediados del mes de marzo, Donají explica que el maíz modificado genéticamente podrá tener sus beneficios en las grandes industrias, pero localmente es importante conservar lo que ya se tiene en la zona del Istmo de Tehuantepec, que es el maíz zapalote chico.
«Esta planta de maíz nativo es de menor estatura y se ha adaptado a los vientos fuertes que soplan en el Istmo de Tehuantepec, por ser una planta de bajo porte es más resistente; por eso creemos que meter un maíz modificado a la zona, contaminaría nuestro maíz que es rico en sabor y tiene una textura agradable”, señaló.m
Junto con su mamá, Donají ha entendido que cosechar el maíz nativo es una forma de resistir y reafirmar lo que su padre le decía: “cuidar y conservar lo nuestro”.
Dijo que es una nueva experiencia sembrar maíz, ha valorado aún más la producción que se realiza, pues qunque los costos son altos, especialmente de la maquinaria, espera obtener ganancias, además de conservar el maíz nativo.
“Yo he vivido en la Ciudad de México, la gente poco percibe lo que cuesta consumir, ellos van al supermercado y no imaginan lo que implica producir el maíz, el jitomate y las frutas en general, entonces ahorita me he dado esta oportunidad y trabajamos con mucho empeño. La maquinaria es el principal costo de esta primera experiencia, y lo que me interesa es ver el valor de la producción y una utilidad”, agregó.
**Resistir en colectivo: Tona Taati’.
El maíz zapalote chico es una de las 59 razas nativas que existen en México y que se adaptó en esta zona de Oaxaca, además tiene la ventaja de que es un cultivo de ciclo corto, es decir a los dos meses alcanza su madurez fisiológica y a los 60 días está listo para elote; después de 100 días se cosecha para ser usado en la elaboración de una variedad de alimentos tradicionales.
En el Istmo de Tehuantepec este maíz nativo tiene un valor cultural y alimenticio muy importante; con sus granos se prepara una variedad de alimentos tradicionales como los tamales, el atole, el pozol, guetabingui, moles y los singulares totopos, alimento básico que elaboran las mujeres indígenas artesanalmente y se deshidrata severamente en hornos de comixcal a altas temperaturas, siendo el principal sustento económico de las familias campesinas, el maíz zapalote chico es nuestro patrimonio biocultural.
Para su preservación y fortalecimiento, la organización Tona Taati’ coordinada por Tomás Chiñas Santiago, impulsan el mejoramiento del maíz zapalote chico mediante el método de selección masal, incrementando sustancialmente el rendimiento por unidad de superficie, pasando de 1.5 tonelada por hectárea a tres toneladas, además de mejorar la calidad y aumentar su valor nutricional.
En esta región oaxaqueña, ubicada al sur de México, hay un promedio de 80 mil hectáreas de cultivo y 36 mil productores aproximadamente.
En Juchitán, unas 6 mil hectáreas son sembradas anualmente de maíz nativo. La organización Tona Taati’ está integrada por 250 productores de maíz.
“Nosotros apoyamos la iniciativa de elevar a rango constitucional la protección de los maíces nativos de la presidenta Claudia Sheinbaum, porque consideramos que los maíces modificados genéticamente vendrían a contaminar nuestros maices nativos; para nosotros no basta con proteger los maíces nativos constitucionalmente, es necesario, además que se instrumenten políticas públicas que incentiven la producción de estos maices para incorporar más superficies al cultivo y aumentar la producción de maíz blanco para lograr la autosuficiencia alimentaria; asimismo, se deben impulsar políticas públicas oara atender toda la cadena de valor de los maices nativos, particularmente nuestro maíz zapalote chico, que se produce únicamente en esta región de Oaxaca, y del cual estamos orgullosos, es nuestro patrimonio biocultural”.
Para el promotor y defensor del maíz zapalote chico, la defensa de este grano no es nueva, ha sido desde hace más de 30 años.
“Sí se autoriza la entrada de maíz transgénico, estaríamos arriesgando la biodiversidad y se contaminarían los maíces nativos y se modificaría su información genética y acabaría con la biodiversidad de maíces nativos; además, correríamos el riesgo de ser demandados por Bayer Monsanto que es la empresa dueña de la patente de este tipo de maíz, maíz modificado genéticamente para resistir al glifosato que es nocivo para la salud y de otros agroquímicos, que al ser usados indiscriminadamente dañarían la biodiversidad, los mantos acuíferos, los suelos, las aguas superficiales como ríos y lagunas, todo; por eso apoyamos la iniciativa de la presidenta, de que el maíz genéticamente modificado no se siembre en México”, expresó.
Finalmente Chiñas Santiago celebró que el programa estatal “Abasto seguro de maíz”, impulsado por la Primavera Oaxaqueña a través de la Secretaría de Fomento Agroalimentario y Desarrollo Rural (Sefader) esté apoyando a 36 productores de su organización Tona Taati» que siembran maíz nativo en 78 hectáreas en el presente ciclo agrícola otoño invierno y, asegura, que les acaban de confirmar que ya autorizaron el aumento de la superficie a sembrar y el número de productores de maíz a beneficiar en el ciclo agrícola primavera verano 2025. Este es un programa que estimula y fomenta la producción de maíz nativo, concluyó.
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