María Isabel García Rasgado, la guardiana del diidxazá que lo comparte con niñas y niños para que siga vivo
Diana Manzo
Unión Hidalgo, Oax.- “La edad no impide aprender una lengua, yo aprendí el diidxazá a los 7 años ” cuenta con alegría la maestra María Isabel García Rasgado, una guardiana de esta lengua desde hace medio siglo y que hablan las mujeres y hombres zapotecos del Istmo de Tehuantepec.
Desde su casa, en Unión Hidalgo, Oaxaca, la maestra cumplirá este 27 de febrero dos años de compartir su conocimiento a niñas y niños de su comunidad para que hablen su lengua.
Este proyecto comenzó primeramente con la Secretaría de Cultura, que en ese entonces dirigía el maestro Víctor Cata, y actualmente depende de la Casa de la Cultura de esta comunidad zapoteca.
“En Unión Hidalgo, el zapoteco lo hablan los adultos mayores, y unas cuantas niñas y niños únicamente lo entienden, ese fue uno de los motivos por lo que decidí implementar este taller y a casi tres años, ya hay nuevas y nuevos hablantes y eso me emociona mucho” expresa.
Aunque en la actualidad ya no ejerce su profesión como Profesora de educación primaria, la maestra Chabelita cómo le conocen de cariño usa sus conocimientos académicos para la enseñanza del diidxazá.
“Imagino que estoy enseñando a leer y escribir a niños de primer año, y uno esa estrategia, pero además con la formación que obtuve con el Plan de Transformación de la Educación en Oaxaca ( PTEO) logró que las herramientas didácticas usadas facilitarán aún más la enseñanza del zapoteco”.
El objetivo de este proyecto es reafirmar el zapoteco en las nuevas generaciones, ya que de acuerdo con el Censo INEGI 2020, en este municipio de más de 20 mil habitantes, los únicos hablantes son adultos mayores.
Actualmente son 25 niñas y niños así como jóvenes que acuden al taller durante tres veces por semana dos horas, ahora bajo la tutela del Instituto de Lenguas del Estado de Oaxaca (ILEO) que dirige el lingüista, Víctor Cata .
En 360 minutos a la semana, la profesora explora con ellos palabras, historias de vida, mitos, leyendas y también canciones, lo cual enriquece su aprendizaje, pues no solo aprenden hablar el diidxazá, si no también reafirman su identidad y cosmovisión.
“Estoy contenta con los logros obtenidos, porque las niñas y niños que comenzaron conmigo desde el inicio ya pueden tener una pequeña conversación en diidxazá. Eso es un gran logro, que me impulsa a seguir adelante”, expresó.
**Las lenguas no mueren, solo duermen
Recordó al lingüista Víctor Cata, al recalcar que las lenguas indígenas no mueren, simplemente están dormidas, por lo qué para este nuevo año, emprenderá con la ayuda de su compañera maestra Marisela, la enseñanza del zapoteco en niñas y niños de 4 y 5 años, para que cuando lleguen a la primaria, puedan tener mayores habilidades lingüísticas.
“Es mentira eso que decían que combinar las lenguas enreda, al contrario, yo soy una prueba de ello, mi tía me enseñó hablar el zapoteco a los 7 años y aprendí, posteriormente cuando conocí la existencia de la enagua y el hipil también me gustaron, entonces la identidad que tengo por ser de una cultura indígena, es mi orgullo”, resaltó.
Martyhé tiene 12 años y recientemente ingresó al taller, ella imagina que hablar el zapoteco es raíz para su vida.
“Muchos me dicen que aprenda inglés, y claro, es un idioma del futuro, pero no hay que olvidarnos de nuestras raíces, por eso me metí al taller, porque me gusta aprender mi lengua, la que hablan mis abuelas, mis tías y mis padres”, expresó.
Finalmente, quienes asisten al taller y llevan más tiempo motivan a los nuevos integrantes a seguir asistiendo, reafirmando las acciones comunitarias de ayuda mutua y el tequio.
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