Homenaje a los cien años de Nazario Chacón Pineda / Jorge Magariño
Magníficos poemas, espléndida música, y un feliz baile, fueron los ingredientes perfectos para celebrar los cien años del nacimiento del poeta Juchiteco Nazario Chacón Pineda, este jueves, en Lidxi Guendabiaani’, aquí en Juchitán.
Una velada que dio inicio con los acordes de la banda infantil y juvenil de la institución fundada por Francisco Toledo, para enseguida provocar añoranzas entre la nutrida asistencia, con la proyección de un video realizado a propósito de este acto, en donde se vio a Nazario diciendo los versos de su gran poema Canción de la sangre.
En el acto, organizado por el Instituto de Cultura Zapoteca, el Ayuntamiento local y la Casa de la cultura, se contó con la participación de los poetas: Claudia Guerra, Marina Meneses, José Alfredo Escobar y Víctor Terán.
Presentes en el homenaje, las hijas de Chacón Pineda (Deifilia y Margarita), así como su hijo Enrique, agradecieron a quienes hicieron posible la realización del evento y recordaron que su padre fue un escritor reconocido por la intelectualidad mexicana de los años cuarentas y cincuentas del siglo pasado.
A su vez, la cantante Martha Toledo, quien ahora agrega Mar a su nombre artístico, prendió al público con las tres piezas que integraron su intervención. El repentino enmudecimiento de su micrófono, provocó que las y los asistentes se unieran en coro a La llorona, que ella interpretaba en ese momento, lo cual llevó a Deifilia, Margarita y Enrique a iniciar con un baile festivo, al que se unieron otras personas.
En su turno, el escritor Jorge Magariño –director del Instituto de Cultura Zapoteca- dio lectura a un texto enviado por el pintor Alfredo Cardona Chacón –sobrino de Nazario, en donde se recordó una anécdota:
“Mi padre me contó que con motivo del efímero “noviazgo” de Diego Rivera y María Félix, la esposa de aquél, Frida, le ofreció una comida a “los novios”, en la cual, Nazario alzó la mano, como un niño en la escuela, pidiéndole permiso al maestro para darle un beso a “la novia”. El gran pintor accedió y nuestro poeta le dio un tremendo beso en la boca a La doña, causando el asombro de todos los comensales, la risa del propio Diego y el gozo de Frida (todo el mundo pensó que el beso sería en la mano)”.
Magariño señaló que en la página de Facebook Inculza Juchitán se puede ver el libro Homenaje a Nazario Chacón Pineda, realizado a propósito de este centenario, con la colaboración de la familia del homenajeado, ahí se encuentran –dijo- fotos familiares, artículos en torno a su obra y una selección de poemas suyos.
Para cerrar el programa Deifilia Chacón leyó otro de los grandes escritos de su padre Poema para construir una morada, que ha sido citado en diversos artículos, ensayos e investigaciones, de arquitectura, pues refiere las necesidades espirituales del hombre y la mujer al pensar en la edificación de su casa.
“No quiero que me duelan las paredes de mi casa,
que nadie diga que me mire al espejo
ni que tire para siempre mis zapatos
que perdieron su color por la distancia,
constrúyela… para que converse conmigo
y ponle mil ventanas que den al paraíso”.
Nazario Chacón Pineda nació en Juchitán, el 17 de noviembre de 1916; murió el 27 de abril de 1994. Estudió en la Escuela Normal de Maestros. Publicó: Estatua y danza, Imprenta Escuela Nacional de Maestros, 1939; Perdida soledad, Arte de América, 1946; Canción de la sangre, Finisterre, Ecuador 0°0’0″, 1962; Poesía de Nazario Chacón Pineda, edicionesToledo, 1991; Fuego nuevo, Praxis, Dánae, 1999.
Homenaje a los cien años de Nazario Chacón Pineda / Jorge Magariño