Carlos Robles, «El Chaparro de Oro»… más de 75 años haciendo arte con la música Zapoteca
#Juchitán 14 may (#Istmopress) .- Sinónimo de disciplina, arte musical y perseverancia es Carlos Robles conocido en el mundo de la música no solo regional, estatal y tampoco nacional sino internacionalmente como “El Chaparro de Oro” un artista que ha hecho arte y cultura con su música.
A pesar de que los años se han apoderado de él, no pierde la lucidez y la esencia de lo que es la buena música, lleva 74 años tocando en su orquesta llamada “Orquesta de Carlos Robles” que lo han colocado como el pionero de la música tradicional zapoteca de su tierra istmeña.
Oriundo de Juchitán y con 85 años de edad, el artista se considera un roble en el arte musical en donde su orquesta que fundó en 1950 siempre ha privilegiado los sones regionales, boleros, danzones y hasta el tango.
Autor de innumerables temas musicales también se caracteriza por ser arreglista, lo cual ha sido el triunfo de la interpretación de diversos temas, siendo su favorito el tango “Nostalgia” de Carlos Gardel.
Sentado en su butaca debajo de su enorme patio frondoso, frota sus manos y expone que para él la música es arte de combinar la armonía con la batería y este principio lo ha seguido desde que comenzó a los 7 años a conquistar su saxofón, instrumento musical que domina al cien por ciento.
La herencia musical del “Chaparro de Oro” la trae en la sangre, su abuelo y su padre fueron músicos de banda tradicional y de ellos aprendió a interpretar sones regionales y hacer música como arte.
“A los siete años comencé hacer música, recuerdo mucho a mi maestro Manuel Hernández quién murió a los 100 años de edad, fue magnifico su aprendizaje, de él heredé muchas cosas al igual que de mi padre y abuelo, no he dejado de tocar desde que me conquistaron los sones, los boleros y el tango”.
Amigo del artista plástico Francisco Toledo y de Carlos Monsivais, además de un gran padre de familia y esposo como lo catalogan sus hijos e hijas, Carlos aseguró que la clave de todo lo bueno que ha tenido es gracias a su disciplina y responsabilidad musical.
“Sin disciplina nada se puede hacer porque como director de una orquesta siempre mantuve los ideales de hacer bien mi trabajo, los músicos con los que empecé todos han fallecido, pero yo me mantengo y sigo vivo apoyado de jóvenes talentosos quienes desean tocar en la “Orquesta de Carlos Robles”, este arte más que trabajo es mi gusto y así moriré haciendo lo que me gusta”.
Sus años maravillosos recordó fue en los setentas cuando recibió una invitación de parte de Mario Kuri quién en una visita que realizó a la región del Istmo de Tehuantepec lo escuchó tocar en el parque de Juchitán y se enamoro de sus canciones por lo que le ofreció un contrato para recorrer países de américa latina.
Carlos Robles y su orquesta se reunieron con el entonces presidente de la república Luis Echeverría Álvarez y firmaron un contrato de dos meses y diez días en los cuales compartieron la música que se toca en los pueblos del Istmo de Tehuantepec y de su natal Juchitán.
Países como Cuba, Jamaica, Venezuela, Costa Rica, Panamá y El Salvador se deleitaron con los sones regionales como la Sandunga, la Llorona, Fandango Teco y muchos más que dejaron huella de la memoria musical de Carlos Robles.
“Los doce integrantes recorridos estos países, nos encontramos a paisanos istmeños y oaxaqueños que nos brindaron su apoyo, fue grato saber que mi orquesta ha sido una de las mejores que ha tenido el país, son cosas inolvidables que no podré borrar hasta que Dios me muera”, resaltó.
*****Los Sones Regionales en las Velas*****
Autor de nueve producciones discográficas, Carlos Robles compitió en ese entonces con diversas agrupaciones musicales en el Istmo como son la Marimba Orquesta “La Shunca” de Glafiro Terán, el Arpa de Oro de Juan Toledo, Adán Nicolás y sus magos del ritmo, la Lira “San Vicente” de Emilio Cortés, la Banda de Viento de Adalberto Vásquez entre otros de Laureano López y Agustín Clímaco.
“La competencia era musicalmente hablando, en las noches de velas vestíamos como ahora lo hacemos con Guayabera Blanca y pantalón negro, elegantes como si fuéramos a tocar el ultimo día y toda la noche a tocar sones regionales, boleros y danzones, eran tiempos de mucha cultura, las parejas bailaban al compas de sus trajes regionales y la música”, describió.
Acompañado de su álbum de recuerdos que trae fotos de sus primeras presentaciones y otras más de sus amigos los artistas, resaltó que días antes de participar en las velas y celebraciones practican los temas a tocar, que van desde sones hasta danzones.
“Se trata de hacer una noche espectacular, la gente que va a las velas debe escuchar buena música, bailar nuestras tradiciones, no como ahora escuchan “chingaderas” porque los músicos ya no se preparan, poco le invierten a leer y hacer música, prefieren copiar temas y no ser auténticos, es triste pero es lo que la sociedad muchas veces quiere porque no exige”, sostuvo.
Respira hondo a modo de recuerdo y nostalgia y resaltó que conquistar más de 80 años ha sido un reto de vida, se siente feliz y tranquilo, al mismo tiempo recalcó que “nunca fue ambicioso” por eso dice que “Dios lo quiere”.
“Toda una vida la he dedicado a la música, he conocido mucha gente, muchos amigos, me he conocido a mi mismo y vamos a seguirle, no pararemos porque la música la traigo en mi ser, Carlos Robles es un músico que morirá haciendo música”, expresó.
En estas velas de mayo, “El chaparro de Oro” encabezará musicalmente dos paseos con carros alegóricos que se realizan por las tardes y también tendrá una participación musical en la lavada de ollas de San Vicente Ferrer, Patrón de los juchitecos.
Diana Manzo/Corresponsal