Dejó de ser #niño, para emprender su sueño: Henry Aldair, #migrante
#Ixtepec 30 Abril (#Istmopress) – Henry Aldair Ramos Murillo, es un niño de 13 años de edad que en Honduras dejó su infancia para emprender su sueño y convertirse en el mejor peluquero o en un exitoso mecánico de autos. Vive en México desde hace dos meses cuando emigró en busca de una vida mejor, porqué en su país los niños y los jóvenes no pueden tener sueños.
Salir de su país asegura ha sido la mejor decisión que ha tomado, allá su vida corría peligro y aunque sólo es un niño, Henry Aldair quiere ser alguien en la vida y trabajar para ayudar a sus padres a quienes extraña, especialmente sus abrazos y sus risas.
Su travesía ha sido complicada y aunque se localiza a muchos kilómetros de su país, la sonrisa de su rostro no la pierde, en sus ojos se perciben sus sueños y en sus pies la experiencia que a su corta edad ha acumulado de los caminos transitados.
Es apenas un niño que se convirtió en adulto a la fuerza para salvar su vida y que ahora en México sólo pide una oportunidad para poder cumplir su sueño, que es aprender un oficio y emplearse de forma digna.
Mientras mueve las fichas de un juego de mesa en el albergue “Hermanos en el Camino” de Ciudad Ixtepec, expresa que solo requiere “una oportunidad” y es que a sus 13 años de edad sólo conoce la violencia y el maltrato.
Miedo no tiene y huir ha sido la mejor decisión que pudo haber tomado, su primer destino fue Tapachula Chiapas y ahí se unió a una caravana de migrantes, caminó con ellos hasta Mapastepec, una redada de los agentes de migración los dividió y mientras descansaba en las vías del ferrocarril vio como un grupo de migrantes se montaba a los vagones del tren y decidió imitarlos sin saber el destino que tendría.
A bordo de “la bestia” transitó durante más de 15 horas hasta llegar a Ciudad Ixtepec en donde descendió para tomar agua y alimentos y en su caminar llegó al refugio fundado por el sacerdote Alejandro Solalinde Guerra en donde ha encontrado alivio para curar sus pies y tiene la esperanza de que logré un permiso para poder estudiar en México.
Aldair además de viajar solo tampoco tiene dinero para desplazarse, a veces sale a la calle para pedir unas cuantas monedas y poder disfrutar de unas golosinas, la espera sabe que será difícil porque un permiso para vivir en México de forma legal demora mucho tiempo.
Su carácter liviano le ayuda para relacionarse con otros y a pesar de que ha encontrado amigos, extraña a los suyos, a los de su barrio y a los que dejó cuando truncó su infancia por salvar su vida, a ellos no los olvidará y espera algún día verlos y abrazarlos.
Henry Aldair ha dejado de ser un niño sin darse cuenta en sus expresiones repite continuamente la palabra “sueños” y “oportunidades”, su único objetivo a los 13 años es cambiar su estilo vida, confiesa que por las noches llora abrazado de su almohada porque extraña a sus padres, pero él mismo se da ánimos por que algún día todo cambiará y volverá a Honduras como un gran peluquero o mecánico.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en octubre y noviembre de 2018 ingresaron a México entre siete mil y nueve mil migrantes, en su mayoría centroamericanos; al menos 68% de ellos permanecen en Tijuana, Baja California, esperando obtener una visa humanitaria en Estados Unidos.
El 18 de enero de 2019, el Gobierno de México puso en marcha un plan de atención a la caravana de centroamericanos, para garantizar un ingreso ordenado y seguro al país, respetando los derechos humanos de los migrantes.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Migración (INM) hasta el momento ha registrado nueve mil 957 solicitudes de visitantes adultos por razones humanitarias y dos mil 346 solicitudes para niñas, niños y adolescentes.
La primera caravana que ingresó a México, integrada por 10 mil migrantes, mil 300 eran menores, según cifras Unicef.
Diana Manzo / Agencia de Noticias Istmopress