La educación va más allá de “hojas impresas”, es cíclica y dinámica, y el punto de partida es el hogar: Felipa Noriega, educadora zapoteca

* La pandemia visibilizó las desigualdades de una educación a distancia entre niños y escuela

#Juchitán 24 Ene (#Istmopress) – La educación debe ser una experiencia de vida, las actividades provenientes de la escuela deberían estar enfocadas a la formación de  personas funcionales, partiendo de los conocimientos cotidianos, cuya cuna es la interacción familiar,  así lo describe Felipa Noriega, educadora  de origen zapoteca que demuestra en cada actividad su pasión por una educación integral en la cual resalta que el punto de partida es el hogar.

 

Defensora de su lengua materna (zapoteco) y con 21 años de brindar educación a niñas y niños de educación preescolar, Felipa señala que la pandemia del Covid-19 además de visibilizar las desigualdades en la educación.

 

“Tomar clases a distancia, es sortear una serie de obstáculos que comienzan con los recursos tecnológicos, pero, irónicamente son estos mismos, los que permiten que la relación educativa se siga dando, sin exponerse al mortal virus que acecha en las comunidades indígenas como Juchitán, el país y el mundo entero”.

 Felipa Noriega educadora zapoteca

Más que una lucha de señalamientos, Felipa expresa que la situación que ha dejado la pandemia ofrece la oportunidad de una reconciliación: Escuela- familia- sociedad. Es decir “no debemos estar divididos, al contrario, somos parte de un todo, que si funcionara de manera dialéctica transformaríamos todo, educación en el hogar, en la escuela, formas de gobierno, entre otras cosas”.

 

Para esta profesora y cuentacuentos, la educación no es escuela ni edificio, tampoco hojas impresas, es totalmente dinámica, interactiva y por lo consiguiente cíclica, en donde cada uno de los agentes participantes aportan, analizan, transforman y se regresa al punto original con una mentalidad más abierta para seguir afrontando los cambios, eso es lo que se busca lograr.

 

Para ella, la prioridad educativa no es “llenar planas”, ni “atiborrarse de hojas impresas”, si bien son necesarias, son solo una parte de los tantos recursos que forman el proceso educativo.

 

“Hay cosas aparentemente insignificantes como “Enhebrar agujetas, hacer una limonada, abrir y cerrar sus botes de agua, topers, preparar una limonada (haciendo énfasis en lo sano y económico que esto resulta), deshebrar el quesillo en casa y preparar masa para empanada, entre tantos detalles más, son a mi parecer de los conocimientos más básicos que toda niña y niño debería de aprender en la casa y en la escuela”.

 

Creativa y con un amplio conocimiento en metodología pedagógica, la profesora de 42 años de edad imparte sus cátedras a sus 12 alumnos de lunes a viernes usando varias herramientas tecnológicas como son las redes sociales, el teléfono celular, las plataformas virtuales.

Felipa Noriega educadora zapoteca1 

Toma el teléfono de manera recurrente y realiza llamadas a los padres de familia para mantener contacto con ellos y sus alumnos.

 

Para la profesora no solo la compresión lectora ni las matemáticas son prioridad, no es que no le interese, sino que la pandemia vino abrirle los ojos que la salud física y mental son incluso más importantes que todo lo demás, pues el estrés tocó a la puerta de las familias y afecta mucho a los niños porque les falta la convivencia con sus compañeros y amigos.

 

Felipa extraña dar abrazos y leer sus cuentos frente a frente con sus alumnos, también le da añoranza no poder verlos físicamente, su mayor reto es el aprendizaje, el cual reconoce no puede asegurar si se está cumpliendo o no, porque desafortunadamente la “educación a distancia” los distrae.

 

“Una maestra es guarda tesoros y secretos, ahora, por ejemplo, los papás son los que están motivándolos para hacer la tarea, mi papel como educadora es dotarles de materiales aptos, no cargarles con tantas tareas, eso también es parte de la educación actual, pensar en las emociones de nuestros niños y las desigualdades que viven, por ejemplo, no todos tienen celular con aplicaciones, no todos tienen a los padres asesorandolos, y todo eso lo entiendo”.

 

Felipa es una maestra de vida, y ella lo sabe, hoy es más consciente, su labor se enfoca a un aprendizaje consciente, desde el hogar, así como prepara materiales lúdicos usando el reciclaje, también lo hace enfocado a actividades cotidianas, eso quizá la hace ser: Una  apasionada de la educación.

 

Mientras ve pasar las semanas y el ciclo escolar avanza, Felipa se concentra en sus tareas como educadora, adquiere más cuentos, prepara nuevas dinámicas, consigue mejor material y lo difunde, para ella usar las redes sociales y compartir su trabajo, ha sido una forma de reconciliarse con las situaciones que la vida irremediablemente trae consigo, en este caso: la pandemia y también las dificultades que acarrea una educación virtual o a distancia.

 

Diana Manzo / Agencia de Noticias IstmoPress

 

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