Na Eva Ru’, medio siglo dedicando a conservar el patrimonio cultural de los zapotecas
#ChicapadeCastro 6 Agos (#istmopress) – Eva Pérez Sánchez conocida como “Na Eva Ru’” tiene 70 años de edad y es originaria de la comunidad de Chicapa de Castro en el Istmo de Tehuantepec, desde hace 57 años inicio con el oficio de hacer trajes regionales de cadenilla que es una vestimenta tradicional que portan las mujeres zapotecas de esta tierra oaxaqueña.
Conservar la cultura de un pueblo a través de un vestuario tradicional ha sido su mayor aporte de esta mujer artesana, quién solo cursó el segundo grado de primaria pero ha sabido aplicar la geometría matemática como una experta para hacer trazos sobre tela y lograr diseños únicos de sus obras.
La cadenilla es un tipo de artesanía que se elabora usando un hilo delgado de algodón y se confecciona con una maquina de costura especial para hacer este tejido y que tiene un costo entre 15 y 20 mil pesos, que actualmente quedan pocas piezas, ella es considerada una maestra de este arte tradicional.
En la comunidad de Chicapa de Castro, es una de las pocas comunidades de Oaxaca donde las mujeres elaboran este tejido, no existe un registro oficial, pero existen aproximadamente unas 50 artesanas, Eva es la de mayor edad y quién ha sido maestra de al menos 30 de ellas.
Para elaborar un traje regional, Na Eva tarda aproximadamente 30 días, el cual está compuesto de enagua (falda larga) y huipil (blusa), debido a que requiere de mucha creatividad, ella puede pasar largas horas costurando sin cansarse, con sus delicados pies mueve su maquina y con su mano va dándole forma a las figuras de la tela que crean arte.
Su hermana mayor llamada Georgina le enseñó el oficio cuando tenia 13 años de edad y desde entonces trabaja todos los días, no tiene descanso, tampoco recibe aguinaldo y mucho menos prestaciones de ley como seguro social o Infonavit, es una artesana adulta mayor de tiempo completo.
Su mayor aliada es su maquina de costura, tiene 2, pero la primera que tuvo es la de importante valor para ella, es como un legado familiar, su madre se la compró para que iniciará con esta tradición de elaborar trajes de cadenilla hace más de medio siglo.
“Cuando mi hermana aprendió a elaborar trajes de cadenilla, también quise aprender, no fue nada fácil, pues son trazos que se elaboran sobre una tela, y donde implica variedad de colores, me gustó porque al confeccionar los huipiles y enaguas aplicas toda la creatividad, pero lo más valioso es que sirve para vestir a las mujeres de mi tierra”.
La edad no ha impedido que trabaje, le gusta lo que hace, tiene pedidos para lo que resta de este año e inclusive hasta mediados del 2019, anteriormente trabajaba más de 12 horas, últimamente solo lo hace 8 horas.
Su esposo Rufino Pineda, “Ta Rú” de oficio carpintero también es su aliado, le ayuda a hacer los trazos sobre la tela y juntos han creado modelos exclusivos, no se sabe de cuantos, pero ha sido pionera en muchos diseños textiles.
Además de la maquina y la variedad de hilos, las tijeras, la cinta métrica, su libreta, su lapicero e infinidad de telas conforman su espacio de trabajo, a veces costura en su galera y en otras veces en su patio.
Na Eva y su esposo Ta Rú procrearon 4 hijos, 2 mujeres y 2 hombres y actualmente tienen 12 nietos, sus 2 hijas aprendieron a elaborar también la cadenilla pero no la trabajan, ellas decidieron estudiar e irse a otro sitio, sin embargo la apoyan y la reconocen.
Sus nietos para atraer a más clientes crearon una pagina de venta por línea llamada “Na Eva Rú”, ella no sabe de la tecnología pero se emociona cada vez que le llaman por teléfono para un pedido, inclusive ha enviado huipiles y trajes regionales a Nueva York y Paris.
“A veces llegan a mi casa haciendo pedidos desde otros estados de la republica mexicana, viajan muy lejos, porque Chicapa de Castro se ubica al sur de Oaxaca, casi 6 horas de la capital oaxaqueña y la gente viene y me felicita por mis obras, yo les digo que lo hago con mucho amor y cariño simplemente”, explicó.
Na Eva tiene un sueño, que su obra pueda ser mostrada en todo el mundo, por eso no deja de confeccionar, solo una vez recibió un incentivo económico en un concurso que organizó el ayuntamiento de Juchitán, ganó el primer lugar por elaborar el mejor traje regional y en otra ocasión un homenaje por su trabajo en una escuela de su comunidad.
De las autoridades no espera nada, confiesa que el artesano queda en ultimo termino a pesar de que hay cientos en Oaxaca o miles por no exagerar que elaboran distintas artesanías desde palma, barro, textil entre otros, y la mayoría son adultos mayores, “pero nadie los voltea a ver, solo reciben elogios cuando mueren”, expresó.
Diana Manzo/Agencia de Noticias Istmopress
Jacciel Morales/Agencia de Noticias Istmopressfotos