Nery Gurrión, la enfermera zapoteca que conserva plantas nativas del pueblo binnizá en pócimas para la sanación del cuerpo
#Juchitán 04 Jun (#Istmopress) – De la tierra a la piel, ese el proceso que paso a paso, con delicadeza y de forma artesanal Nery Gurrión, enfermera de profesión y apasionada de las plantas elabora pócimas sustentables con flora nativa del Istmo de Tehuantepec para la salud de los cuerpos, a las que nombró: “Anari, caricias de mi tierra”, en honor a sus nietas Ana y Ari.
De Guie’ tiqui, Guie’ chachi, azul añil, maíz zapalote chico, zapandú, stagabeñe, agave y hasta achiote entre otros son las pócimas que Nery transforma artesanalmente en cremas, jabones y shampoo.
El ser enfermera le permitió a Nery conocer el tratamiento de cada una de las diversas enfermedades, por lo que en esta segunda etapa, le fue fácil apasionarse con las pócimas que contienen la flora tradicional.
“Comencé a cultivar diversas plantas, entre ellas verduras y frutas, pero dije que había que hacer otra cosa, y pensé que sería bueno conservar nuestra flora tradicional, y así comenzó lo que hoy es Anari.
Lo primero que hizo fue tomar cursos, talleres y diplomados, hasta que decidió crearlos, paso a paso, sin presiones, pero con resultados.
Elegir plantas endémicas para elaborar sus productos fue una decisión propia, porque lo que busca es conservar de esta manera la identidad como gente binnizá, y al mismo tiempo es su terapia, pues lo que menos busca es comercializarlo a gran escala, sino de forma comunitaria en tianguis y a través de su propia red social.
Todos los productos de “Anari” son ecológicos y artesanales, Neri se concentra casi a diario durante 5 horas para realizar esta práctica herbolaria, que surgió a raíz de lo que llama una crisis por coronavirus.
“De la crisis nació Anari, caricias de mi tierra”, explica la mujer de pelo negro vestida con su huipil floreado y su enagua color morada, y que comparte su orgullo obtenido a partir de que decidió elegir la vida natural para acompañarla por el resto de su vida.
Frascos de cristal, de plástico, esencias, flores, plantas secas, semillas son los ingredientes principales de las pócimas que la mujer artesana elabora paso a paso, cuidando los detalles y respetando los tiempos.
El amor a las plantas confiesa Nery comenzó hace algunos años, posteriormente con la pandemia decidió inscribirse a varios cursos a distancia, en donde comenzó a coleccionar las flores y plantas de la región, con la intención de cultivarlas y regalarlas como identidad de los binnizá – zapotecas-.
“Hoy me siento muy contenta, cuando tengo entre mis manos los productos que se han logrado, todo ha sido elaborado con delicadeza y los mejores ingredientes naturales, orgánicos y sustentables, todo lo hago de forma artesanal, en forma de ritual, así se logran las cremas, el shampoo y los jabones”.
Nery reconoce que elaborar estas pócimas tiene un triple propósito: contribuir al medio ambiente al elaborarse con ingredientes naturales de las plantas nativas, que son la identidad y cultura.
***El cultivo, la raíz ****
En su espacio que habilitó en la casa de su hermano Samuel, Nery comienza por las mañanas o tardes su ritual, lo tiene todo en orden, desde los pasos que debe hacer para cada una de las pócimas que requieren exactitud, orden y pasión.
Para el cultivo y recolección de las plantas, Nery tiene un pequeño espacio donde siembra el maíz zapalote chico, pero también en su hogar ha logrado cultivar las plantas endémicas medicinales y florales como
Guie’ tiqui, Guie’ chachi; mientras que el añil lo compra con campesinos de Niltpec, Oaxaca y el zapandú lo colecta en casa de vecinos, lo mismo ocurre con el agave.
Con cinta adhesiva y tinta negra va colocando cada uno de los nombres en las botellas de plástico y cristal, de tal forma qué haya orden para la presentación de cada una de las pócimas.
También tiene vitrinas de cristal donde exhibe los productos que elabora a fin de que puedan ser de fácil acceso.
Además a sus nietas Ana y Ari, también les ha compartido su pasión por las plantas, ellas ya aprendieron a germinar, sembrar, cultivar y espera que las revaloricen porque es cultura e identidad.
Nery está contenta porque sus sueños se están cumpliendo, logró recuperar las plantas nativas y crear productos de belleza ecológicos, ahora sigue mantenerlo como una pasión en beneficio de otras mujeres, su nuevo lanzamiento que prepara es un jabón de carne llamado xabú beela, que usaban las abuelas zapotecas hace medio siglo y que se perdió con la llegada de la tecnología.
Diana Manzo / Agencia de Noticias IstmoPress