Niños cantan el zapoteco para que no muera la lengua de sus abuelos de Ixtepec Oaxaca
*Jesús Hernández Velásquez motiva a niñas y niños para que hablen su lengua madre
#Ixtepec 17 Feb (#Istmopress) – La tranquilidad que se siente en el Barrio Cheguigo Juárez, en Ixtepec Oaxaca, permite observar una vida comunitaria que pareciera el tiempo no interrumpir, las mujeres elaboran el tradicional totopo de maíz y los hombres cultivan el campo y se comunican con su lengua madre, el zapoteco “Didxhazaa” , contrario a los niños y jóvenes que han perdido esa identidad, razón por la cual el profesor Jesús Hernández Velásquez a través de la música los motivó a darle vida, revalorizarlo.
Canciones, poemas, cuentos cantados y narrados acompañados de instrumentos musicales facilitó el aprendizaje de esta lengua madre desde el 2016 cuando el profesor Jesús decidió crear un taller de música en donde participan 25 menores y desde entonces el zapoteco tiene otro matiz, no solo lo hablan, ahora lo comprenden y cantan.
Ixtepec Oaxaca cuenta con una población de 28 mil 082 habitantes y seis barrios, de los cuales hay cinco mil 31 hablantes en zapoteco según el último censo del INEGI, contrario a otras localidades como Juchitán Oaxaca donde el número de hablantes es de 63 mil 800 en una población de 120 mil habitantes.
Hablar, escribir, entender y cantar el zapoteco no es nada sencillo implica una secuencia didáctica que en gran parte y sin usar una estrategia ejercieron los abuelos durante mucho tiempo y siguen haciéndolo en otras localidades, no así en Ixtepec Oaxaca, pero que el profesor Jesús con su pasión por la música y su cultura, la revaloriza.
“Quise mostrar que la música también forma parte de esta labor de rescate y revalorización, por que eso es, que los niños y niñas entiendan que hablar una lengua es sinónimo de identidad, y lo estamos logrando, llevo dos generaciones y han aprendido lo básico, a decir su nombre, su edad y también a valorar más a sus abuelos”, expresó el profesor Jesús Hernández.
Esta labor de recuperación la comenzó en el 2016 cuando creó un taller de música en donde introdujo conscientemente y sin que los menores se dieran cuenta el amor por esta lengua, así nació “Los duendes traviesos, Ca bixhe’ nadxi’ ña’”, nombre de la agrupación.
Y para reafirmar, también escribió una canción al que llamó: “Los duendes traviesos, Ca bixhe’ nadxi’ ña’”, en donde utilizó pronombres, nombres, colores y animales, de tal forma que al cantarlo, aumenten su vocabulario.
“La idea es construir un espacio donde la lengua habite, donde nuestro didxazaa se replique, donde los niños puedan estar listos para conversar con sus abuelos y aprendan cosas de la vida diaria, eso es el fin, que sean duendes traviesos listos para enfrentar la vida”.
El profesor Jesús Hernández Velásquez trabaja en el Bachillerato Asunción Ixtaltepec y tiene una formación intercultural y siempre ha enfocado su vida en privilegiar la vida comunitaria, el tequio y el trueque, acciones que emplea en este taller que desde hace cinco años funciona como aliciente para conservar la lengua de los zapotecos.
**Ca bixhe’ nadxi’ ña’ “Los duendes traviesos”.
“No hay un día especial para conservar una lengua, para mí todos los días son 21 de febrero” expresa con orgullo el maestro, quién sosteniendo su guitarra y acompañado de los “Ca bixhe’ nadxi’ ña’ “Los duendes traviesos” dedican una canción a los abuelos, Candelaria Hernández y Isidro Velásquez, hablantes del zapoteco en el Barrio Benito Juárez de Cheguigo.
Dulce Valeria, Andrea Noeli, Ivana, José de Jesús y Vivian son cinco de los 25 niños que continúan en sus clases, el resto prefirió esperar a que pase la contingencia por el Covid- 19, sin embargo, todos entre 11 y 12 años de edad tocan instrumentos musicales y han aprendido a cantar y pronunciar algunas palabras en zapoteco.
“No es fácil aprender un nuevo idioma”, aseguran, pero ahora ya pronuncian su nombre y su edad en una lengua que para ellos es nueva, a pesar de escucharlo con sus abuelos.
Dar vida al zapoteco les ha costado mucho, y con el esfuerzo de sus padres están lográndolo, falta mucho por transitar, porque requieren de mayor esfuerzo y perseverancia.
“El maestro es bueno porque nos enseña, nos comparte y hasta escribió canciones, su labor es muy importante y lo mejor es que ahora ya sabemos pronunciar nuestro nombre, nos sentimos contentos”, expresó Ivana Pizano Toral.
Dulce Valeria y Andrea Noeli expresaron que la convivencia les ha enseñado a conocer más su lengua y también a amar la música de su cultura, que antes era desconocida para ellos.
José de Jesús en cambio dijo que ahora le hace feliz hablar el zapoteco y tocar la guitarra porque puede darle serenatas a sus abuelos o cantarles.
“Es bonito todo, porque el maestro nos lleva a convivir en comunidad, aprendemos a valorar más las cosas, nuestra vivencia, nuestra comunidad, nuestro barrio, que antes no haciamos”.
Los niños y el maestro se reúnen semanalmente en el barrio “Cheguigo Benito Juárez” de Ixtepec Oaxaca, donde habitan alrededor de 300 personas, se turnan casa por casa, tocan la guitarra y aprenden su idioma, el zapoteco.
Concepción Cartas López de 67 años de edad es abuela de una de las niñas que asiste a los talleres y resalta que gracias al maestro, nuevamente se dio vida al zapoteco, porque es una lengua que va en decadencia.
Dijo que como cocinera tradicional emplear el zapoteco en sus vendimias también es una forma de revitalizarla para que no muera.
“Mi lengua madre es el zapoteco, por eso a mis hijas y nietas les digo que lo hablen, solo así podemos darle vida, agradezco al maestro por su gran apoyo y paciencia, porque lo que hace, no cualquiera lo realiza, hay que dedicarle tiempo y mucho amor”, concluyó.
Diana Manzo / Agencia de Noticias IstmoPress