Peluqueros, cocineros y comerciantes, así sobreviven migrantes venezolanos varados en Tapanatepec, Oaxaca
#Tapanatepec 18 Oct (#Istmopress) – ¡Pasen y compren tizana, es rico y refresca para el calor!, grita a todo pulmón Omar Fernández, un inmigrante venezolano que vende esta bebida típica de la gastronomía de su país, para juntar 2 mil 500 pesos, que es el pasaje que le cobran de Tapanatepec, Oaxaca a Tijuana, Baja California.
“Yo me gradué para defender a mi país, a mi patria, no para obedecer a un político”, señaló Omar, quién está desesperado porque aún no le entregan su Formato Migratorio Múltiple que solicitó el pasado jueves en el campamento móvil que instaló el Instituto Nacional de Migración (INM) en Tapanatepec, Oaxaca desde el pasado 5 de agosto.
En este municipio istmeño ubicado al oriente del Istmo de Tehuantepec, de acuerdo con la autoridad local que encabeza Humberto López Parrazales al día llegan por camión, taxis o caminando entre 3 mil y 3 mil 500 migrantes, mientras que mil 500 se van en busca del sueño americano, pero antes, muchos de ellas y ellos tienen que cruzar el territorio oaxaqueño y llegar a la Ciudad de México.
La preocupación de la comunidad migrante de Venezuela, quienes ocupan el 80 por ciento de la población en Tapanatepec es el programa migratorio anunciado por Estados Unidos, pues aseguran que es imposible alcanzar a pagar un pasaporte, boletos para avión y traslado.
“Es imposible conseguir ese dinero, el pasaporte venezolano es caro, no nos alcanza, o comemos o compramos el pasaporte.
En esta travesía, Omar conoció a Lizbeth del Valle Yañez, ella es estilista, pero por falta de empleo también dejó Venezuela.
“Decidimos poner nuestro negocio de aguas frescas y mira, acá estamos vendiendo, es una bebida tradicional de allá que es muy refrescante, lleva varias frutas como melón, sandía, piña, plátano cortadas en pedazos y mezcladas con jugo de naranja, y se le pone un chorrito de leche condensada, es deliciosa”, explica Lizbeth.
Omar y Lixbeth no se conocían, acá descubrieron su amistad y ahora son socios, la bebida tradicional es adquirida por sus propios paisanos, pero también por ciudadanos de Tapanatepec, quienes están viviendo el intercambio de costumbres, tradiciones y hasta de sabores con la llegada de personas migrantes.
Además de vender bebidas y comidas como la empanada venezolana, que es típica de la región, y que lleva como ingrediente peculiar la salsa de ajo, los migrantes también se han empleado en la peluquería.
“Nosotros les damos empanadas venezolanas y ellos nos dan tlayudas oaxaqueñas, tacos y garnachas, ya aprendimos a comer estos alimentos típicos
En los patios de las casas que rentan por horas y días para descansar, montan sus barberías nómadas, y comienzan a cortarse el cabello.
-¿A cuánto el corte?-, le preguntamos a un migrante mientras cortaba el cabello de su compañero.
-Depende del modelo, a veces a 80 y otras a 10 pesos- respondió.
Ángel también es de Venezuela, y tiene 25 años, el joven viaja solo con su herramienta de trabajo, que son sus tijeras y su máquina para cortar el pelo.
A la edad de 18 años aprendió a cortar el cabello y desde entonces es su fuente de ingreso. “Mientras espero que me den mi permiso para circular en México, pues me pongo a cortar, ya me hice de mis clientes y además somos muchos”.
Los servicios básicos de la comunidad están colapsados, los habitantes habilitaron sus casas y patios para rentar, además de sus baños, también surgieron nuevos expendios de comida y tiendas de alimentos básicos.
Las mujeres andan con sus hijos bebés y menores de edad de un lado a otro mientras esperan su permiso, que les lleva de dos a tres días.
La inconformidad generalizada es el tiempo de validez que abarca el permiso migratorio que está otorgando el INM, el cual durante agosto y septiembre era de 14 días y válido para todo México, y desde octubre ha sido por 7 días y únicamente abarca territorio oaxaqueño.
“Nos están acorralando, estamos varados, no avanzamos, no tenemos dinero, estamos muy preocupados porque no hay respuesta de las autoridades de Estados Unidos, nosotros lo único que pedimos es ingresar como una forma digna de vida, no podemos volver a Venezuela, allá no podemos regresar, se vive una crisis muy grande y fuerte”.
Las personas migrantes son de varias edades, desde bebés con algunos meses de nacido hasta muejres y hombres mayores de 60 años, y muchos tienen una carrera cursada, los hay médicos, contadores, antropólogos y también obreros, estilistas, cocineras, chef y un sinfín de historias, quienes lo único que le piden a México es permitirles llegar a Estados Unidos.
Diana Manzo / Agencia de Noticias IstmoPress
Fotos y video Diana Manzo
