Tres años desde que lo mataron y no hay justicia para el activista muxe Oscar Cazorla
#Juchitán 9 Feb (#Istmopress) A tres años del asesinato del activista muxe Oscar Cazorla, sus familiares e integrantes del colectivo “Intrépidas Buscadoras del Peligro” siguen esperando “justicia”, para este defensor que luchó contra la homofobia y a favor de la diversidad sexual.
Con el pretexto de la pandemia se desconocen los avances de la investigación, y mientras tanto los días y las semanas pasan sin esclarecer este homicidio enfatizó Felina Santiago, compañera de Oscar Cazorla.
El 9 de febrero del 2019, la noticia del asesinato de Cazorla consternó a su natal Juchitán, un municipio zapoteca donde presumen del llamado “el paraiso muxe”, sin embargo, según datos obtenidos por la propia comunidad de la diversidad sexual, en la ultima decada han asesinado a por lo menos 12 compañeros muxes.
Recuerda que estaba en su salón de belleza cuando le informaron que su amigo Cazorla había sido asesinado, y de inmediato el dolor impregnó su cuerpo, pues lo quería mucho.
“Nos daba consejos, algunos buenos y otros no tanto” confiesa, quién señala que la violencia que se vive en Juchitán, Oaxaca está imparable, y vulnera la vida de la comunidad muxe.
Cazorla hace falta en las reuniones y celebraciones. “Oscar era buen amigo, nos compartía el pan y la sal, claro, tenía su carácter y lo respetamos”, agrega .
Canciones de Lucha Villa y un ron con bebida gaseosa y agua mineral siempre lo acompañaban en su mesa, pues Oscar era una persona alegre, trabajador y con muchas ganas de vivir.
Su muerte, explica la fundadora del colectivo de las Auténticas es un “golpe bajo” a la comunidad muxe, pero lo es más, la falta de justicia e impunidad que prevalece a tres años de su homicidio.
En su cuenta de facebook, su hijo Oscar Vivani Cazorla López recordó los momentos vividos junto a su padre, señalando que lo extrañaba mucho.
**Mejor nos callamos, vale más la paz **
“Mejor callar que denunciar y eso nos puede salvar ante la vulnerabilidad en que estamos expuestos” dice Felina, al señalar que en la última semana se ha vivido una extrema violencia en Juchitán, Oaxaca donde se han registrado 7 feminicidios.
La integrante de las Auténticas Intrépidas Buscadoras del Peligro refirió que el contexto para los muxes e integrantes de la diversidad sexual es complicado, y más aún porque se ha perdido el respeto hacia las mujeres, que para los pueblos zapotecas significa venerancia, pero en los últimos días las han masacrado.
**Oscar Cazorla, fue el quinto defensor que asesinaron en 2019, según la CIDH**
El 12 de febrero del 2019, tres días posteriores al asesinato de Oscar Cazorla, la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) condenó su asesinato y reconoció que el activista muxe tenía una amplia y reconocida trayectoria como defensor de los derechos de la comunidad de la diversidad sexual, contribuyendo decisivamente con su visibilidad a través de actividades como la emblemática vela de “Las Auténticas intrépidas buscadoras del peligro”, de la cual fue uno de los primeros promotores.
La ONU-DH en México, señaló en un comunicado que en los últimos años han ocurrido crímenes de odio y asesinatos de personas defensoras de los derechos de la comunidad LGBTI en diferentes partes del país sin que hayan sido adecuadamente investigados.
“Hay que superar este patrón de impunidad y, para ello, el asesinato de Óscar debe ser esclarecido, por medio de una investigación diligente que contemple todas las posibles hipótesis, incluida la posibilidad de un crimen de odio o una represalia por sus actividades de defensa de derechos humanos.”
El señor Cazorla es el quinto defensor de derechos humanos cuyo asesinato ha sido registrado por la ONU-DH en 2019, tras los asesinatos en enero de Sinar Corzo en Arriaga (Chiapas), de José Santiago Gómez Álvarez y Noé Jiménez Pablo en Amatán (Chiapas), y de Bernardino García Hernández en Zimatlán de Lázaro Cárdenas (Oaxaca) que se suman a los 13 asesinatos de personas defensoras de derechos humanos y dos desapariciones registrados por la ONU-DH en 2018.
Diana Manzo/Corresponsal