“Vivimos con miedo, el coronavirus entró a nuestros hogares”: Familias de Tequisistlán Oaxaca
*Han fallecido 16 personas y 1 de cada seis ciudadanos está contagiado
#Tequisistlán 30 Jul (#Istmopress) – Un tanque de oxígeno estacionado en la puerta principal de la familia Ángeles Aguilar, lo dice todo. En este hogar el virus del Covid- 19 entró y ahora 10 de sus integrantes viven con miedo. Esta historia es similar a la de otras familias en Tequisistlán Oaxaca, un municipio oaxaqueño donde han muerto 16 personas por este virus y hay mil 600 contagiados según el subregistro de sus autoridades.
Las calles lucen vacías y silenciosas, la gente solo sale para lo necesario: Comprar alimentos, medicinas y oxígeno. Quién no está enfermo mira de lejos como esta pandemia se ha incrustado hasta en las venas de sus habitantes, quienes piden ayuda, especialmente medicinas a través de las redes sociales.
Como “La llave del Istmo” se le conoce a este municipio oaxaqueño localizado a cuatro horas de la capital de Oaxaca donde viven 6 mil habitantes, quienes hoy viven encerrados y con miedo, unos porque temen contagiarse y otros porque están contagiados y quieren salvarse.
Durante 15 meses, esta localidad istmeña de origen chontal no tuvo un solo contagio de Coronavirus, pero tras el semáforo epidémico verde y relajar las medidas sanitarias con las elecciones del 6 de junio, todo cambió, ahora el rostro es de tristeza y preocupación.
Una mujer de 46 años de edad conectada al oxígeno y recostada en su cama habla quedito para decir que las secuelas del virus la tienen sin fuerza ni energía, y espera pronto librar este mal que la tiene postrada desde hace 20 días.
Además de Antonia, su esposo Guadalupe, sus dos hijos, yernos, suegros y cuñados también han conocido al Covid- 19, algunos aún cursan con gravedad este virus en su cuerpo, otros ya dieron negativo a su prueba y ella, que está en reposo.
De 50 años de edad, Don Guadalupe Ángeles Luis confiesa que además del daño físico que causa la pandemia, el que más le preocupa es el daño emocional que se vive, porque es una desesperación saber que se te va la vida al sentir todos los síntomas, especialmente la tos, dolor de cuerpo y la temperatura.
“Vivimos con miedo, ahora mi esposa es la que está enferma pero por la secuelas que dejó el Covid-19, es triste, por fortuna contamos con el apoyo del presidente municipal que nos dota de oxígeno, hemos gastado todos nuestros ahorros, esta enfermedad llegó y nos acabó a todos”.
El oxígeno es el elemento vital que más se requiere, confirma el presidente municipal Roel Filio, quién no se da abasto para brindar ayuda tanto a las personas que están contagiadas como a las que pierden un familiar.
El mandatario informó que aunque las pruebas rápidas solo confirman 160 casos, el contagio es masivo, porque solo se aplicaron a un miembro por familia para comprobar la presencia del virus en el hogar, pero el resto tienen los mismos síntomas, lo que significa que 1 de cada 6 lugareños tiene coronavirus.
El ayuntamiento contribuye con oxígeno y gastos funerarios, y lleva un registro de los decesos y también casos confirmados.
A este municipio nadie ingresa, a no ser que sea para vender productos de la canasta básica o medicinas, por lo que el acceso es controlado. También hay toque de queda, de 8:00 de la noche a 5:00 de la mañana.
Respecto a las unidades de salud solo hay una clínica rural que maneja tres turnos pero es insuficiente, la gente prefiere atenderse desde su casa, otros reciben consultas a distancia y los casos críticos son trasladados a hospitales más cercanos o incluso en la capital de Oaxaca.
En este lugar existe un hospital abandonado desde hace más de 10 años, por lo que el presidente municipal exhortó a las autoridades federales a equiparlo y dotar de medicinas, que de haber funcionado, sería una ayuda primordial para las familias que viven con este padecimiento.
Por lo pronto todo está cancelado, no hay fiestas ni eventos religiosos, las unidades de mototaxis no circulan, lo que se quiere ahora es cortar la cadena de contagios y que regrese la normalidad, que ya no hayan más sepelios ni enfermos.
Diana Manzo / Agencia de Noticias IstmoPress