Entre lonas y escombros juchitecos celebran a sus muertos

#Juchitán 31 octubre (#Istmopress).- En medio de escombros y refugios improvisados con lonas, madera y laminas los juchitecos celebraron este 30 de octubre a sus muertos con ofrendas de flores, frutos y velas llamadas Biguie’ , este año fue distinto para esta ciudad zapoteca porque el pasado 7 de septiembre un terremoto de 8.2 grados les destruyó sus viviendas pero no acabó con una tradición milenaria.

A Rita Linares Sánchez quién falleció hace más de un año sus familiares le rindieron una ofrenda por el día de muertos, se quedaron sin hogar, todo se pulverizó y tuvieron que improvisar un refugio debajo de un enorme árbol de tamarindo al que le colocaron techo de lona y paredes de tabla de madera.

A muy temprana hora comenzaron con los preparativos en el pequeño espacio que improvisaron que mide 3 metros cuadrados le construyeron su biguie’, que es su ofrenda ubicada en un retablo de madera llamada Bedxe’ (jaguar) que ubicaron en la parte alta de su mesa de santo y en el piso de tierra lo adornaron con un petate donde le colocaron sus flores, frutos, alimentos y bebidas favoritas.

Su hermana Rosa Linares Sánchez y sus familiares no podían pasar desapercibido este importante día para Rita pues la recuerdan como una mujer alegre y bondadosa, por su propios medios elaboraron tamales y desde hace nueve días realizan rosarios como señal de purificación de su alma.

En Juchitán y pueblos como Xadani y Unión Hidalgo , la tradición del Día de muertos se celebra el 30 y 31 de octubre y no el 1 y 2 de noviembre como el resto de la república mexicana, las familias anteriormente invertían entre 10 y 15 mil pesos, sin embargo por la situación actual en el hogar de Rita se gastaron unos 8 mil pesos.

“Nuestras tres casas se dañaron, la de mi hermana Rita, la de mi sobrina y la mía, pero la tradición es tradición y por eso decidimos celebrar su biguie’, mi hermana era muy alegre y sería un pecado no hacerlo, por la noche hay velorio y damos tamales y café a los que nos visitan, aunque en medio de los escombros, lo haremos”. dijo Rosa Linares Sánchez, hermana de Rita.

En el patio de los Linares Sánchez las tres viviendas están hechos escombros, los cuales siguen ahí, intactos, nadie los ha levantado, esperan el apoyo de las autoridades pues son más de 20 toneladas, las personas que acuden a visitar la ofrenda de Rita se cubren de no pisarlas.

Isabel Jiménez Salinas y sus hermanas también le rindieron culto a su madre Guillermina Salinas Blas conocida en la séptima sección de donde era originaria como “Na Yerma Yachi”, al igual que los Linares Sánchez su vivienda se derrumbó y en un cuarto que solo se rescataron tres paredes ahí le colocó su ofrenda.

Fueron más de 4 mil pesos los que Isabel invirtió para celebrar a su madre en este 30 de octubre que los juchitecos celebran a los muertos, para cubrir la pared que colapsó y no apagará las velas le colocó pedazos de cartón y algunas tablas, todo fue austero en esta ocasión, el terremoto los desalentó pero no acabó con la tradición.

A la ofrenda de Guillermina el humo que desprende el incienso de copal lo aromatiza y hace fusión con el olor a la flor amarilla del cempasúchil y cresta de gallo, fusionado a la variedad de frutas y velas.

“Decidimos hacer el ritual de día de muertos porque mi mamá era una mujer que creía en las tradiciones, su casa se derribó con el terremoto pero mi cuarto se salvó solo tres de cuatro paredes, ahí lo habilitamos, todo ha sido austero, pero lo hacemos por que también nos sana el alma ante tanta desgracia, las velas y los rosarios nos han servido para purificarnos”, expresó Isabel Jiménez.

Durante todo el día, los familiares y amigos visitan los altares, y a pesar de que ahora las calles de Juchitán lucen llenas de escombros la gente salió de sus hogares y recorrió las viviendas, porque al llegar dan una limosna que es un apoyo para que las familias recuperen parte de su inversión ,es una forma de trueque que los pueblos zapotecas practican en sus celebraciones.

En Juchitán tras la llegada de los españoles, la mayor parte del pueblo se catolizó, sin embargo algunos indígenas del sur de la población (quinta, sexta, séptima y novena sección) se resistieron a los altares de nueve escalones como lo impuso la religión católica y en la actualidad conservan sus ofrendas , el biguie’.

Algunos historiadores juchitecos llaman a esta época también como Xhandu’, aunque el historiador Tomás Chiñas Santiago concluyó que la palabra Xhandu’ es un vocablo castellano zapotequizado proveniente de “Santo”; y que el biguie’ se le conoce a la época del año que corresponde precisamente el fin del calendario religioso de los antiguos zapotecas que se conoce como Biguie’; por ello sugiere que en vez de decir “celebramos el todosantos”, lo ideal es “ celebramos el biguie’ ”.

Según el historiador los zapotecas tenían un calendario religioso que comenzaba el 8 de febrero al inicio del ciclo agrícola y culminaba el 25 de octubre al inicio del Gusiguie; y es a partir del fin de este calendario, durante cinco días, cuando le rendían culto a sus muertos y lo llamaban “ Biguie’ ”

Del 25 al 30 de octubre, los zapotecas tenían la creencia que se abría el inframundo, uno de los tres segmentos del universo indígena -“el cielo, la tierra y el inframundo”-, para que llegaran las almas de sus familiares difuntos; por ello los recibían con entusiasmo y compartían con ellos sus cosechas.

 

Diana Manzo/Agencia de Noticias Istmopress

 

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