SUNEO y la perspectiva de género en Oaxaca: desigualdad y violencia 

Por Nikté-Ha Dzul 

Tiempo de lectura 8 minutos

#Oaxaca 19 Jul (#Istmopress) – En la actualidad, el sistema de educación universitaria en Oaxaca se compone de varias instituciones públicas y privadas que ofrecen una amplia gama de programas académicos y técnicos. Sin embargo y a pesar de los esfuerzos realizados por los gobiernos, en el contexto socioeconómico del estado, los jóvenes terminan por priorizar el trabajo sobre los estudios como medio inmediato para mejorar su calidad de vida. 

Esto se puede verificar en el estudio de Vries y Olga Grijalva Martínez de Wietse (2021), ¿Dejar la escuela o la vida social? El abandono en la educación media superior en Oaxaca, entre las causas principales, las familias enfrentan dificultades para cubrir los costos asociados con la educación, como inscripciones, transporte, alimentación, libros y materiales escolares. Además, la necesidad de contribuir al ingreso familiar lleva a muchos estudiantes a priorizar el trabajo por sobre la escuela.

A estos datos, se suman las cifras del Instituto Nacional de Geografía y estadística INEGI, para 2022 los desafíos significativos en la educación persisten, pues Oaxaca ocupa el noveno lugar nacional en rezago educativo, afectando al 43.3% de la población con un millón 300 mil personas. El 12% tiene primaria incompleta y 663 mil 99 no han terminado la secundaria. Además, el 12% de adultos carece de habilidades de lectura y escritura, en un 65% se ubican mujeres y en un 35% hombres. Estos problemas se vinculan con la pobreza, falta de motivación, conflictos familiares y dificultades económicas y de salud.

SUNEO, visto a 36 años

El proyecto educativo que solicitara en 1988 el entonces gobernador Heladio Ramírez López al doctor Modesto Seara Vázquez y que éste nombró Sistema de Universidades Estatales de Oaxaca, SUNEO, buscó responder a la necesidad de mejorar la calidad de vida de las familias oaxaqueñas a través de la educación superior, el desarrollo económico, la investigación aplicada y la integración comunitaria; hoy a 36 años de su fundación, ha logrado permitir que más jóvenes cuenten con acceso a educación de calidad, mejora de oportunidades laborales,  investigación y vinculación comunitaria, empoderamiento social y cultural, innovación y emprendimiento, así como un gran impacto intergeneracional.

Sin embargo, a dos años del fallecimiento de Seara Vázquez, la actual rectora, la maestra María de Los Ángeles Peralta Arias, enfrenta la gestión de los recursos necesarios para mantener de pie a diez universidades y dieciocho campus, pues, así como muchas instituciones de educación superior en México, el SUNEO tiene que mantener suficiencia presupuestal para defender la calidad de sus programas académicos y de investigación.

Así como la urgente necesidad de modernizar laboratorios, bibliotecas y otras instalaciones, pues a partir de la pandemia por COVID-19, la tecnología vino a acelerar los pasos que este sistema no tenía preparados, pero gracias a los esfuerzos de su planta docente, pudo continuar sus clases en línea y llegar a las diversas regiones de donde son originarios sus estudiantes, sin dejar de mencionar que algunas de ellas son áreas rurales y marginadas donde aún se tienen dificultades para acceder a la red de Internet.

Por lo anterior, las altas tasas de retención y graduación representan un reto. Además, de otros factores como la situación económica de los estudiantes y sus familias, por las constantes construcciones de infraestructura urbana entre los Valles Centrales y las regiones cercanas a los campus de la costa, que provocan plusvalía, el alza de precios, y afectan la calidad de vida de los hogares; éstos son sólo algunos de los elementos que pueden influir en la capacidad de los alumnos para completar sus estudios.

Por otro lado, en un mundo tan competido con otras instituciones de educación superior en términos de prestigio, calidad y atractivo para estudiantes y profesores puede ser difícil, especialmente en un contexto nacional e internacional, por lo que adaptar los programas académicos a las necesidades cambiantes del mercado laboral y las demandas del desarrollo regional son preocupaciones continuas.

Enfrentar este escenario, requiere de una estrecha colaboración con actores sociales, políticos y económicos, lo cual no siempre es fácil de lograr, pero la gestión es clave para llegar a satisfacer las necesidades de los estudiantes como de los profesores con acceso a las herramientas y conocimientos necesarios, este será un logro que permitirá combatir parte de las diferencias económicas y sociales entre la gran competitividad.

Dicho panorama ilustra la complejidad de los desafíos que enfrenta el SUNEO, y resalta la importancia de tomar acción en el fomento a la igualdad de oportunidades en la educación y la superación de obstáculos socioeconómicos.

¿Se trabaja con perspectiva de género en el ámbito académico y estudiantil que ofrece el SUNEO?

Tres palabras “perspectiva de género” en su conjunto, representan una metodología que permite comprender más profundamente tanto la vida de las mujeres como la de los hombres y las relaciones que se dan entre ambos. Este “enfoque o perspectiva”, de acuerdo con el Estado Mexicano, permite identificar los estereotipos con que somos educados y abre la posibilidad de elaborar nuevos contenidos de socialización y relación entre los seres humanos.

No obstante, el camino para emplearla en centros de trabajo como el SUNEO va calmo, pues las mujeres oaxaqueñas, no denuncian por el miedo y la desconfianza a las autoridades, según una encuesta realizada en junio, por el Centro de Estudios y Opinión Pública (Cesop) del Congreso del estado, pero además hay que hablar de que dentro y fuera de las instituciones se ha vivido en un síndrome de “indefensión aprendida”, es decir “¿para qué denunciar si no pasa nada?” no obstante, otras mujeres  han encontrado el apoyo de terceros, como es el caso de Norma Gopar, quien durante su época como estudiante en el SUNEO denunció a las autoridades escolares el acoso que sufrió por parte de un catedrático, sin embargo, no fue atendido su llamado.

“Recuerdo a un profesor de economía, que acosaba abiertamente a las mujeres. Hicimos una queja formal, pero nada se hizo al respecto. La red de amigos fue crucial en situaciones como el acoso que experimenté. Algunos profesores acosaban a las alumnas, mientras que los varones se enfrentaban directamente al profesor para detenerlo. Mis compañeras me apoyaron y me aconsejaron hablar con el profesor acosador, ofreciéndose a esperarme fuera, en caso de necesitar ayuda”.

Norma comenta que las ganas por estudiar en su época eran más, a pesar de vivir situaciones de violencia en la institución, continuó. 

“Inicié mis estudios en 2002 y los finalicé en 2007. La cuestión económica fue un factor importante. Debido al horario partido de la universidad, no podía permitirme los cuatro trayectos diarios. Esto significaba largas jornadas en el campus, comiendo en la cafetería y aprovechando las salas de cómputo”.

La ahora profesora de tiempo completo en el SUNEO pudo contar con el respaldo de sus amigos, quienes defendían a cualquier compañera agredida por un docente, de tal forma que esto les ayudó a no desertar de sus estudios.

Ahora como profesora, Norma siente un profundo compromiso con sus estudiantes y se esfuerza por ofrecer lo mejor de sí misma en el ámbito educativo. 

“Trato de dar lo mejor de mí. No quiero que mis alumnos enfrenten las mismas dificultades que yo tuve que superar. Busco compartir mi conocimiento de manera no limitativa, permitiendo ciertas libertades”.

Desde pequeña mostró interés por los estudios y evitaba las actividades del campo y del hogar. Sus padres la animaron a continuar su educación, es la menor de cuatro hermanos y la única que concluyó estudios superiores hasta alcanzar el doctorado. Sus hermanos optaron por trabajar y no terminaron sus estudios. Para Norma, haber alcanzado grados académicos en su contexto, representa una gran satisfacción personal. Aunque su trabajo tiene desafíos, especialmente en términos salariales, le proporciona la tranquilidad que siempre buscó.

El caso de Norma no fue el único en ser desestimado y silenciado en su tiempo como estudiante; en la actualidad los casos se han multiplicado, porque cada día  son más las mujeres que reconocen sus derechos en ambientes de violencia, un ejemplo de ello fue la denuncia por acoso de un profesor a una estudiante en la Universidad del Istmo, UNISTMO, campus Ixtepec, sin embargo, Virginia Illescas, profesora-investigadora fue despedida injustificadamente en 2020, por ayudar a jóvenes víctimas de acoso y abuso sexual, por lo que tuvo que dirigir una nota al diario Los Ángeles Press, titulada: «Abuso sexual, una violencia normalizada por el silencio de las instituciones», este fue el golpe que rompió esta pared de silencio en la Institución. 

Por lo anterior, aunque ya se han presentado otras denuncias por acoso y violencia de género en la comunidad universitaria, apenas el pasado 23 de noviembre de 2023, en la Universidad del Mar, campus Huatulco, se apersonaron la maestra Sandra Fernández, abogada general de la Universidad del Paploapan y la doctora Beatriz Acosta, también de la UNPA, para impartir una plática donde dieron a conocer la existencia del CEPCI, Comité de Ética y Prevención de Conflictos de Interés en cada campus y sus formas de atención, ambas presentadoras dejaron claro el mensaje al decir que el primer paso para comenzar una investigación es creerle a la víctima

En cierta medida, la existencia de este mecanismo supone darle salida a las denuncias por violencia, hostigamiento u acoso que se presenten dentro de la comunidad universitaria, además de la violencia de género. Sin embargo, hasta ahora, a decir de las mujeres que han manifestado sus denuncias, se desconoce la transparencia en los procesos que llevan a cabo, pues aunque cuentan con comisiones y sucomités con representantes de cada campus, simulan las resoluciones derivadas de indagatorias y son emitidas a cargo de las vicerrectorías administrativas, que para el caso del campus Huatulco está a cargo de personal masculino, sin dar cuenta, a la víctima de los pasos seguidos en la investigación, así como otorgar las debidas medidas de seguridad necesarias durante el proceso.  

Finalmente, los logros que el SUNEO ha demostrado, son vitales para el empoderamiento social y cultural de la población oaxaqueña, empero, en tiempos de cambios administrativos, se necesita de la voluntad en conjunto de todos sus integrantes, pues una estructura universitaria sólida y transparente le permitirá continuar con el prestigio de quienes elegimos formar parte en sus aulas y pasillos, pero aún falta la colaboración de todas las autoridades educativas por hacer de las instalaciones nuestro lugar seguro.   

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