110 estudiantes de primaria de Santiago Quiavijolo regresan a clases; es la primera en Oaxaca

#Oaxaca 19 Abr (#Istmopress) – Organizados y aplicando todos los protocolos de sanidad : lavado de manos y portando mascarilla; 110 estudiantes de origen zapoteca de la primaria “Gustavo Díaz Ordaz” en Santiago Quiavijolo, Oaxaca regresaron a clases hace 14 días, el pasado 5 de abril, y desde entonces en las aulas hay murmullos, risas y conocimiento.

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Oaxaca se encuentra en semáforo verde epidémico desde el pasado 12 de abril, y aunque en esta comunidad que pertenece que pertenece al municipio de Quiegolani en el distrito de Yautepec Oaxaca a tampoco han sido recibido la vacunación anti -COVID-19 , las clases presenciales ya reanudaron en este plantel educativo.

Minutos antes de las nueve de la mañana, una fila de niñas y niños de 6 y 12 años de edad uniformados y con su cubrebocas espera su turno en el pórtico principal; la decisión de volver a las aulas en pandemia es una cuerdo de los padres de familia, autoridad y profesores; no requirieron la autorización de las autoridades oficiales del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (Ieepo).

Esta escuela rural y marginada ubicada a cinco horas de la capital de Oaxaca, es un ejemplo de organización escolar; los padres de familia dan tequio todos los días y vigilan que se cumplan las medidas sanitarias, mientras que los profesores se dedican a impartir su cátedra de forma ordenada e ininterrumpida, ese fue el acuerdo para regresar a las aulas y lo cumplen de lunes a viernes.

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No es un desafío ni desacato lo que se vive en esta institución educativa, sino es una necesidad educativa ante la marginación escolar que de por sí viven por la lejanía en que se encuentran y ante el visible rezago social, económico y de tecnología que de mucho tiempo padecen.

La decisión de volver a las aulas, explica el director y maestro del grupo de sexto grado, el profesor Abel Cruz, es porque no implicaba ningún riesgo, la comunidad, libre de Covid-19 , desde el inicio de la pandemia se protegió con filtros y cuidados sanitarios, por lo que se decidió pertinente tomar clases presenciales.

Reunirse de nuevo y encontrarse para tomar clases es un motivo de alegría para los estudiantes, que todos los días portan su uniforme blanco y azul , consultan sus tabletas electrónicas sin olvidar el cubrebocas, que es una necesidad con la llegada del Covid-19.

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“Nos sentimos muy contentos de tener clases, de volver a ver a nuestros estudiantes, tanto niñas como niños, en esta comunidad ni siquiera hay telefonía mucho menos canal de televisión, pero sí el internet y eso gracias a un proyecto nacional independiente que llegó a nuestra escuela y el cual permite el crecimiento escolar”.

Las clases se imparten de 09:00 de la mañana a 1:00 de la tarde, los estudiantes tienen un descanso, donde desayunan y conviven, apenas se están adaptando a la nueva normalidad, no verse casi un año les está costando, pero con el apoyo educativo y de sus padres, lo lograran.

En las tardes, los profesores organizan charlas y asesorías para los estudiantes de lento aprendizaje, la intención es que todos caminen parejo educativamente hablando, por el desarrollo social de la comunidad.

** Renacer a partir del sismo del 2017

Rodeado de montañas verdes que pareciera que las pintan en primavera, así se distingue esta comunidad indígena donde hay una escuela primaria llamada “Gustavo Díaz Ordaz” que colapsó tras el sismo de 2017, pero que a casi 4 años, renació tras la reconstrucción de sus aulas con recursos del Fondo Nacional de Desastres (Fonden) y del gobierno municipal.

Tras el terremoto, además del apoyo para la reconstrucción de las autoridades, también aterrizó un proyecto tecnológico y de infraestructura llamado “Excandaa”, que en nada busca privatizar la educación, al contrario lo ha mejorado con la implementación de tecnologías educativas a lo largo de un año.

Esta institución oaxaqueña y otra más del estado de San Luis Potosí, son las que recibieron el beneficio empresarial educativo, a través del modelo Excaanda, que nació hace 20 años en la escuela Varmond School de Morelia Michoacán y el cual se aplica desde septiembre de 2019 en esta escuela de origen chontal y zapoteca.

La llegada de “Excaanda” es un éxito escolar, porque es un proyecto consiste en 4 pasos, el alumno identifica, mapea, propone y actúa, con el cual se busca mejorar el aprendizaje y a su vez subsanar deficiencias que arrastra desde su etapa de preescolar.

La plataforma consta de 8 retos, cada reto tiene 20 sesiones y estos a su vez tiene 4 a 5 actividades, donde los alumnos resuelven interactivos y es calificado por la misma plataforma, también hay actividades donde el docente va valorando según lo que realiza, con un criterio 1, 2, 3 o 4., y con recursos variados , así como el internet para una investigación constante.

Aunque aceptar este beneficio educativo le costó el desairé de la sección 22 de la CNTE, los profesores están contentos, porque la escuela tiene un nuevo rostro: La mayor parte de sus aulas está reconstruida, tiene nuevas infraestructura y el modelo educativo para los 110 estudiantes es eficiente.
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Ahora, el nuevo proyecto institucional es fomentar las lenguas originarias: Chontal y zapoteco, que se hablan en la zona, como una forma de conocer sus orígenes y saberes comunitarios.

También será reto implementar temas de salud sexual y reproductiva, para que se valoren más socialmente para reducir la brecha de la desigualdad visible por el machismo y el egoísmo, y así implementar la buena democracia y transparencia para una convivencia sana comunitaria.

 

Diana Manzo / Agencia de Noticias IstmoPress

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