Comunalidad el asedio de una coyuntura / Por Norberto Altamirano Zárate.
La comunidad atraviesa por un momento crucial. La pandemia Covid 19 y lo relacionado a la cultura de prevención, la falta de equipos médicos y personal profesional para la contingencia, la inseguridad y robos en domicilios inhabitados; los cierres de comercios y bancos en Juchitán y Salina Cruz, las rutas y accesos bloqueados por miedo o presión política; la llegada del presidente de la república al istmo y el uso faccioso o no de la sana distancia, para evitar algún acercamiento con el titular del ejecutivo federal, hace de todo ello un cultivo de ideas y circunstancias que resulta necesario reflexionar independientemente de ser gubiñas y que nuestros problemas aún menores, se entretejan colateralmente.
Inexplicablemente para la coyuntura actual de la llegada de Andrés Manuel López Obrador, podríamos esperar que no hubiese movilización política alguna. Pudiera pensarse que la pandemia nos está educando en nuevos métodos de acercamiento en circunstancias de “inmovilidad”. En Cd. Ixtepec y el puerto istmeño, no fue posible el cometido. Las razones que “impidieron” que algunos sectores pudieran manifestarse en pro o en contra del Presidente de la República, nos resulta un tanto ocioso. Sin embargo, la coyuntura nacional efervescente en cada rincón del país apunta a otra realidad.
Nos preguntamos, ¿qué tanto interés habrá puesto el gobierno morenista en el caso de nuestros hermanos ikoots de San Mateo del Mar? La omisión a visitarlos en el marco de su llegada, aunque no se le hubiere invitado, responde como una losa desprendida en el silencio de la noche. ¿Por qué no ha habido un acercamiento en una zona injustamente atendida, como producto de la vejación a los sistemas normativos indígenas? No hemos leído nada al respecto en estos días. Los tiempos indígenas, son historia.
La 4T abandona los caminos agrestes de las comunidades indígenas pavimentándolas con los garetes de desarrollo. Dos grandes autopistas, un corredor transístmico, diez proyectos de complejos industriales, etc., sin duda, continuará la danza de la muerte en nuestras comunidades. Multiplicará la dependencia y las violaciones a las comunidades indígenas por donde estos proyectos de manufactura capitalista incidan, directa o indirectamente. La situación de los hermanos caídos en Huazantlán del Río, las manifestaciones en torno a los impactos ambientales y la defensa de los derechos humanos de comunidades zapotecas y mixes, dan cuenta de ello.
En ese escenario, en gubiña se movilizan taxistas regulares e irregulares, en protesta del llamado arranque de la rehabilitación de la carretera entre Unión Hidalgo y Juchitán por la vía corta, porque han dicho, el gobierno de Murat, les ha tomado el pelo y no ha respetado los acuerdos derivados de anteriores movilizaciones. Bloquean accesos aprovechando la baja afluencia de pasaje a destinos cercanos y por la incidencia covid. A pesar de reclamos de ciudadanos que en las redes sociales denigran o aplauden las acciones. Cierto es que hay de todo, de sal y manteca. Algunos señalamientos que taxis piratas, como mota taxis con el mismo sello, pretendan regular el servicio de transporte sin que, a ellos, les regule nadie. Que exijan condiciones viales excelsas con unidades vulnerables. Que en el tema covid no protejan al pasaje por no usar cubre bocas. La crítica a la autoridad que ha adoptado una actitud condescendiente con las empresas refresqueras y otras acciones comunitarias aflora en el ambiente local. Es posible que se busque el aplauso de estos actores en estas circunstancias, pero no olvidemos que la corresponsabilidad es de todos.
Norberto Altamirano Zárate.