Kamishibai, después de la función / Víctor Fuentes
Cuando uno se enfrenta a algo nuevo, es necesario abrir un espacio dentro de si, mirar hasta llegar a un estado de contemplación y llenarse de emoción, quizás se quede en catarsis.
Algo parecido ocurrió esa tarde noche del domingo 29 de julio en la Casa de la Cultura de la Ciudad de Juchitán de Zaragoza.
Se recibió a la compañía teatral que está de gira al interior del estado. Ellos presentan, Kamishibai adaptación del Libro fantasma del libro uruguayo de los muertos de Mario Bellatin. Dirigido por Saul López Velarde. Quien hace una reinterpretación extraordinaria del libro original.
Muy pocas veces se tiene oportunidad de conversar con los actores y directores,motivados por la prisa, por los clichés, por pena o simplemente por no parecernos interesante. En esta ocasión el director aporto más información con respecto al Kamishibai, como una manera tradicional de vender dulces y contar en el antiguo Japón.
Fueron pocos quienes presenciamos la puesta y salimos sorprendidos Heinz Schaud (Galerista) comenta a propósito de la fotografía tomada a una de las integrantes de esta compañía, la encargada de producir sonido en vivo Zoon Díaz, “con tres sencillas componentes, un pequeño instrumento de cual tengo que buscar el nombre, un libro con cantos de pájaros y su voz realizó una atmosfera maravillosa, mágica”.
El instrumento al que se refiere Heinzes unKalimba y termina felicitándola. Por su aporte.
Saul, el director expresa su admiración por el autor del libro, y cómo logra tomar las fotos que no solo se muestran en el kamishibai, sino se recurre a un proyector y piernas en medio del escenario para crear un efecto tridimensional al mismo tiempo transforma la imagen de por si difuminada que el autor toma con cámaras estenopeicas, a veces, elaboradas por el mismo.
Con poca utilería en escena la actriz inicia la puesta armando la bicicleta que transportara el kamishibai, de donde ella extrae una a una las fotografías, haciendo un trabajo impecable, producto de un estudio del cuerpo para cada movimiento.
Casi un monologo, a no ser por la música creada en vivo, que llena la atmosfera para acompañar las descripciones que en ocasiones no corresponden precisamente a la imagen, asícomo una suerte de mundos paralelos, evocaciones, angustias que se proyectan por la necesidad de contar y contarnos algo coherente dentro de lo inverosímil, de lo imaginario y que pudo ser realidad. O no serlo.
“El Libro fantasma del libro uruguayo de los muertos”de donde se extraen estos fragmentos comentó Saul, es justo un libro en blanco, el autor deja líneas ypáginas enteras para que el lector, colabore, escriba su propia historia, y la cuente.
Con tenue iluminación uno espera la siguiente fotografía, y también espera ver como la narradora,en la voz de Liliana Alberto, que se entrega para poder transmitir el poder de la palabra y el dominio que éstaejerce sobre el espectador.
La obra transcurre por momento lenta y es cuando la música invade el escenario, y ella gira, baila y a veces suelta una risa desenfrenada que a los espectadores les puede causar hilaridad.
Considero que este tipo de obras, deben verla la mayor cantidad de personas, es una pena que compañías de fuera inviertan tanto tiempo, esfuerzo para que nosotros, el público dejemospasar oportunidades de gozar del buen teatro.
Tan escaso en la región del istmo, a acepción de Tehuantepec, que lleva años montando magnificas obras. Kamishibai, es parte del Marco de la Muestra Estatal de Teatro Oaxaca, 2017, tomado del Libro fantasma del libro uruguayo de los muertos de Mario Bellatin, que ahora se presentó en Juchitán de Zaragoza, Oaxaca.
Esperamos más oportunidades como estas, compañías teatrales que nos acerquen a nuevas experiencias, paraello solo debemos estar dispuestos a abrirnos, a entregarnos al juego literario, quizás ahí este la suerte que nos sortee la vida de otra manera.