Columna: Alto Mando
Por: Ernesto Salinas Matias, alumno de séptimo semestre de la UMAR
*Testigos del trauma*
Juan Ibarrola columnista de seguridad y Fuerzas Armadas para MilenioTv una vez dijo: “Poco se habla de ellos a pesar de que están entre todos los mexicanos, son pueblo, son quienes mejor conocen al pueblo, nadie sabe sus nombres, mucho menos sus historias tampoco si sufren o extrañan, para los mexicanos ellos no tienen rostro aun y a pesar de que todos se benefician de sus actos”, mostrándonos un poco de aquellos que no duermen, pasan hambre para poder cuidar a quienes no pueden defenderse.
Por lo que me parece importante a considerar la salud de aquellos que vemos marchar en los desfiles al ritmo de trompetas, pues quienes han estado en servicio activo, se jubilan o desertan han pasado por situaciones que no entendemos y esto llevaría que dentro del ejército y una vez en la vida civil sufran de estrés postraumático, ansiedad y depresión.
Un hecho importante es que la transición de la vida militar a la civil no es un simple cambio de rutina; también es una transformación emocional y mental, ya que dejan una institución en la que se rigen bajo jerarquías y disciplinas, dejan el lugar donde fueron moldeados para enfrentarse a situaciones adversas. Pero ¿qué sucede cuando el soldado deja el uniforme?
De acuerdo con un reportaje del portal Gatopardo, en México después del hackeo efectuado por el grupo denominado “Guacamayas” se filtraron dos estudios realizados sobre la salud mental de los militares en 1996, después de su participación en la Operación Ganador y la Operación Cóndor donde se identificaron condiciones como el trastorno de estrés postraumático (TEPT), la depresión y la ansiedad, donde el TEPT tuvo una prevalencia del 4.3 por ciento.
Asimismo dicho portal dio a conocer que el segundo estudio se realizó en 2011, cuatro años después de que Felipe Calderón declarara la guerra contra el narcotráfico, donde militares internados en el Hospital Central Militar mostraron que un 19.51 por ciento enfrentaba trastorno de adaptación, 12.9 estrés postraumático (mostrando un incremento) y un 2.44 reacción aguda al estrés.
Por otro lado, la jubilación o la baja voluntaria pueden desencadenar sentimientos de desconexión e inutilidad dentro de quienes por diversas razones deciden dejar las instituciones armadas, por ejemplo, ex militares que pertenecieron al Cuerpo de Fuerzas Especiales quienes ahora son youtuberscomo ChiludasMx y Gafe423 relatan cómo fue su proceso de reintegración a la vida civil y como buscan ayuda profesional de psicólogos para poder sobrellevar lo que vivieron dentro del Ejército Mexicano, teniendo un diagnóstico que los cataloga como pacientes con estrés postraumático.
Aunado a esto los youtubers menciona que socialmente se ve y valora a los militares por su fortaleza emocional por encima de todo, lo que puede orillar a ocultar su sufrimiento, por lo que las instituciones y la sociedad deberíamos proporcionar las herramientas como la terapia cognitiva, obligatoria y preventiva para garantizar que quienes sirvieron no sean abandonados al enfrentar sus batallas internas.
Es por esto que se debe entender que quienes han portado el uniforme son más que soldados; son seres humanos que han cargado con el peso de responsabilidades que pocos comprendemos lo que nos debería hacer reflexionar, tenemos el deber de ser testigos activos de su historia y trabajar para que su retiro no sea un campo de batalla más.
Pie de foto: “Soldado del Ejército Mexicanos durante un desfile”