Un libro por una flor/ Víctor Fuentes
Qué difícil resulta presentar un libro, si se sabe de ante mano que son pocos, exactamente 150 ejemplares. Pensé toda la noche anterior. Hasta que logré mostrarle a todos los niños de la escuela Emiliano Zapata, de la comunidad de Chicapa de Castro. El recién editado libro: Bizurutieediidxa’/ Avispa pinta palabras” por la CGEIB (Cordinación General de Educación Intercultural y Bilingüe)Con sede en la Ciudad de México.
Durante el homenaje, a la hora acostumbrada, cuando la maestra deguardia anuncia la participación del director,llamándolo por su nombre desde el micrófono, para dar las indicaciones de la semana, entonces, tomé la palabra y el tiempo para invitar a todos los presentes que rompieran las filas y se acercaran; esta no es la primera vez que ello sucede, así que gustosos se arremolinaron yse acomodaron sobre el piso.
Ya dispuestos, sin micrófono. Mostré la portada y leí el título, luego lo hice página a página,hacía pausas para que todos ellos pudieran mirar detenidos las ilustraciones. La profesora de guardia se percató que eran dibujos de niños, y preguntó con el micrófono en mano, quiénes eran esos niños.
Respondí con gusto. Les dije que eran niños de la escuela primera Minerva de un pueblo muy lejano, en la sierra Mixe. Lugar donde estuve hace másde dos años, de donde justo venía antes de estar con ellos. En respuesta, ella alentó a los niños, diciéndoles que yo, ahora les debía un libro, que se pusieran las pilas para hacer un libro conmigo y sus dibujos, así como estos niños ilustradores del libro. Los niños en coro dijeron: Sí, seguido a la pregunta -¿Si les gustaría?-.
De ahí en fuera,ningún otro docente se acercó para preguntar algo, los niños me lo empezaron a pedir, que no olvidara regalarles uno, que me escribirían. Terminé indicándoles que pusieran sus cartas en un cesto que la hace de buzón. Tome mis demás cosas personales yme retiréhacia las oficinas dela supervisión escolar, ubicada en Unión Hidalgo. Ese díaestábamos citados losdirectores a una reunión a las 10 de la mañana.
Durante el trayecto pensé y pensé, y sí, todos los niños me piden libros. Son 88 en total, de ser así me quedaré con pocos. Con esa incertidumbre, se me ocurrió invitar ados amigos maestros de otras escuelas, una ubicada en la misma localidad. La otra persona de la comunidad de Huamuchil, San Dionisio del Mar.
Para el día miércoles uno de febrero del año 2017. En punto de 11: 00 am. En la misma escuela Emiliano Zapata. Para que sean ellos, quienes les presenten el libro a todos los niños. Le sugerí a la profesora traer a sus alumnos como invitados de honor cuando pasé a buscarla en su escuela. Y al otro profesor lo busqué en su domicilio. Con la esperanza que pueda leerles la versión en zapoteco.
Mientras,abrí las 57 cartas hasta ahora recibidas, de las cuales me gustaría transcribir sólo dos, y contar a detalle lo que me han provocado las demás.
“Director Víctor, yo quiero un libro porque me gusta leer mucho y me gusta los dibujos y que lo lea mi mamá, sé qué le va a gustar mucho y a mí me gusta escribir mucho otro día te voy a dar un cuento inventado por mi gracias” Atentamente tu amigo Juan Felipe.
“Director, quiero un libro para leerlo porque me gusta leer y sabe tengo un libro de usted lo leo diario en español y en dhixaza (diidxazá) Atentamente Geina.
Recibí16cartas, repetidas de Daniel. Un niño estelar, muy menudito para estar cursando el quinto grado. Extraordinariamanera de escribirme, encada carta me decía casi exactamente lo mismo: “Profe, me puedes prestar el libro” Soy Daniel.La diferencia radicaen los dibujos que las hacia acompañar. En una dibujó una serie de personajes caricaturescos con un sólo ojo, en otras,flores con carasonriente hasta un repertorio de las tablas demultiplicar resuelto por el mismo de 3000 x1 hasta llegar a 3000×10.
Una carta más donde antes habíaresuelto su ejercicio de geometría. Dibujó también un árbol con copa grande. Sin duda Daniel, se ha ganado su libro, por tan ingeniosa manera de solicitarlo. Aunque solo haya escrito breves frases.
Una excepción más es la siguiente, tampoco la podre evitar. Un niño llamado Yael, me lo encontré en el patio y coincidimos para ir al sanitario. Durante el trayecto se acerca, me abraza, y así, caminamos un largo tramo. Luego me dice: Te mandé carta eh, de inmediato me explica: Te dibujé en Acapulco, extiende los brazos para dibujar en el aire la enormidad de la mar, recordé su dibujode corrido, donde puso playa y palmeras, una casa de playa y un personaje recostado, con los pies en alto en una cosa que parece hamaca.
Seguro que romperé la consigna, como negarle el libro a Mily, que firmócomo Gema, que es realmente su nombre. Mily o Gema es uncaso particular, es una niña con dificultades para caminar, sufre de parálisis, pero a cambio tiene una voz tan expresiva, tan enérgica y además se hace notar por la claridad de sus ideas.
Presenta dificultad para tomar con precisión el lápiz, sus manos están en parte tullidas. Aun así, se atrevió a escribirme. Como pudo escribió su carta. Quiénsabe qué quiso decirme, las escrituras están en primitivas. Una cosa como casi-letras.
Los niños de nuevo me han demostrado su gran potencial, el maestrode la escuela que me escribiósiguiendo el juego propuesto para felicitarme y llamándome compañero, o la niña que me escribió para decirme: “Director me regalas un libro por favor y mañana te voy a llevar una florecita” Creo que son delas cosas pequeñas porlas que aún vale mucho la pena seguir buscando caminos más cortos, caminos alternos. Al dialogo, a la convivencia. A la esperanza deunamejor escuela pública. Donde todos seamos portadores de nuestra propia voz.